Greenpeace…la lucha contra el maíz transgénico sigue y sigue

Las Acciones Colectivas representan el mecanismo de tutela judicial de derechos colectivos e intereses difusos más novedoso en el sistema jurídico mexicano, por lo que Greenpeace tiene particular interés en que este tipo de mecanismos se generalicen y desarrollen progresivamente, debiendo orientarse a alcanzar su efectividad y garantizar el derecho de acceso a la justicia en materia ambiental y de consumidores.

El pasado 15 de abril, Greenpeace, junto con el Dr. José Antonio Serratos Hernández, asesor académico de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), presentó ante el Juzgado 12º de Distrito en Materia Civil del Distrito Federal, un Amicus Curiae (amigo de la corte) como una contribución especial a la Acción Colectiva de Maíz, iniciada por organizaciones civiles, científicos y ciudadanos en Junio de 2013, con el fin de aportar elementos relevantes que contribuyan a resolver el controvertido asunto de la siembra o liberación de maíz transgénico o Genéticamente Modificado (GM) y los riesgos que traería en México, centro de origen y diversidad genética de este grano.

El tema central es el derecho humano de generaciones presentes y futuras a la diversidad biológica de los maíces nativos o criollos, en particular, y, en general, a la biodiversidad agrícola que se genera en la milenaria interacción entre las comunidades humanas y los ecosistemas agrícolas.

Nuestra perspectiva acerca de la siembra de maíz transgénico en México es que, al introducir genes foráneos de otros organismos a las variedades no transgénicas, nativas y sus parientes silvestres, generará nuevos riesgos e incrementará radicalmente los ya existentes, en las dimensiones ambiental, agronómica, social y de la salud.

Enfatizamos que el maíz transgénico traerá además graves problemas a los campesinos, quienes hoy por hoy son dueños de su semilla, porque los transgenes introducidos en el maíz son propiedad privada de las empresas quienes poseen las patentes de estos productos y por lo tanto, el productor de maíz no transgénico podría enfrentar sanciones derivadas de la estructura normativa en el ámbito de la Propiedad Intelectual nacional e internacional. Peor aún, la implementación a gran escala del maíz transgénico podría generar una fuerte dependencia tecnológica de un paquete caro y deficiente.

Como antecedentes en el Amicus, señalamos dos momentos en la evolución del sistema de bioseguridad en México, el primero de 1988 a 1999 en el que se atienden los principios de la Convención de la Diversidad Biológica y el segundo, en el que de 2000 a la fecha se siguen las políticas y lineamientos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte con políticas de corte neoliberal que producen privilegios a las empresas biotecnológicas.

El escrito presentado como Amicus Curiae por parte Greenpeace y el Dr. Serratos consistió en desarrollar un análisis experto fundamentado para aportar información científica al juez sobre los conceptos y las dinámicas en los centros de origen y diversidad genética de los maíces en México, donde existen más de 65 razas catalogadas y miles de variedades de dicho grano, y generar mayor convicción acerca de la decisión a tomar y los riesgos que se generarían por dicha decisión. Asimismo, se ilustraron casos previos de contaminación por maíz GM en México y detallaron el caso de contaminación en el Distrito Federal (DF) y la postura del Gobierno federal y del DF sobre estos casos.