Agua. Un recurso vital que muchos damos por sentado. Es algo que necesitamos para vivir. Es algo que sale de la llave, la utilizamos para preparamos un café todas las mañanas y también para bañarnos. Algo que corre en los ríos, que cae del cielo y que no pertenece a nadie, pero a la vez es de todos.
Es un derecho humano.
Un bien por el que cada 22 de Marzo, Día Mundial del Agua, el planeta entero reflexiona en torno a la importancia del líquido.
Pero aquí en México, este año no celebramos. En vez de eso levantamos la voz para defender el agua, un bien natural que hoy está en peligro: la Ley General de Aguas propuesta por diputados del PRI, PAN y PRD.
Frente a este proyecto de ley orientado a favorecer la industria por encima de la gente, a legalizar la contaminación, a propiciar todavía más la privatización e impulsar la criminalización de la investigación independiente, como la que ha hecho Greenpeace anteriormente, (conócela mejor aquí) estamos actuando.
Gracias a una coalición de académicos, científicos, ONGs, comunidades indígenas y ciudadanos ya hemos logrado más que 60,000 firmas en una petición de Avaaz, un movimiento al que también se han unido celebridades, actores, músicos y más de 14,000 estudiantes, académicos y activistas.
Todos ellos han lanzado un llamado para debatir públicamente las leyes con especialistas y expertos. De hecho, han ido más lejos aún exigiendo nuevas opciones. ¡Y sí que las hay: una iniciativa ciudadana que Greenpeace, junto con más de 450 organizaciones, desarrolló durante dos años. Si esa propuesta fuera escuchada y aprobada sí que habría motivos para que todos festejáramos.
Este movimiento es sólo el principio porque sabemos que juntos podemos asegurar que México elija otro camino en el que se asegurá que todos podemos contar el derecho al agua para hoy y para el futuro.