Guerra en Afganistán, no… Apatzingán

Parece que nuestro afamado Dr. Poiré es fiel seguidor de José Martí, puesto que el poeta cubano postuló alguna vez: “Un hombre no vale más que un pueblo entero, pero hay hombres que no se cansan, y que se deciden a la guerra antes que los pueblos, porque no tienen que consultar con nadie más que sí mismos y los pueblos tienen muchos hombres y no pueden consultarse tan pronto”. Así, con una pizca menos de retórica, el vocero de seguridad incrustó en el cosmos su magnánima frase: “Actuamos y luego avisamos”. Nada más porque es muy seriecito el Dr., ya que si no también pudo haber dicho: “Mejor pedir perdón que pedir permiso” o “Al gobernador nos lo pasamos por los…” A fin de cuentas, capaz que si le avisaban al gober que iban a caer a Apatzingán con chile, mole y pozole, alguien misteriosamente daba el pitazo y se pelaban los discípulos del catedrático Salvador Gómez alias “La Tuta”. Pero eso no pasa, bola de mal pensados, ni que Godoy tuviera un narco-hermano…
Pero más allá de que Godoy esté sentido o que Poiré guste de la prosa cubana, lo decadente es saber cómo Nazario Moreno alias “El Chayo” se daba baños de Mesías para preparar a sus sicarios; primero les leía la doctrina revelada y después les daba clases de decapitación y de descuartizamiento, lo impotente es ver cómo levantan al ejército en un pedestal y estudiar con un joven oriundo de Uruapan que te dice que el pueblo está controlado por la Marina puesto que el ejército opera para La Familia Michoacana, que su padre era aguacatero y tuvo que regalar sus tierras a integrantes de La Familia, lo terrible es vivir en Morelia y ver arder tu estado en llamas, no poder huir con tu familia porque las carreteras están bloqueadas y las fronteras con las demás entidades están cerradas, lo triste es escribir esta realidad y no poder escapar de ella.

¿Entonces de qué le sirve a Poiré haber egresado de la Universidad de Harvard y ser vocero de una estrategia fallida, de qué le sirve a los michoacanos que llegue el ejército a mover los camiones que tienen ahogado el estado y que después se vayan, de qué sirve que se queden si están coludidos con el enemigo o si no lo están van a acribillar a la familia (la de verdad) que no se detuvo en el retén por el miedo de que fuera falso, de qué sirve una guerra frontal al narcotráfico si los golpes laterales no los puedes dar porque estás plagado de compromisos, si no puedes rescatar el sistema educativo porque pactaste con el demonio que lo dirige, si no puedes regular los monopolios porque los empresarios te paralizan el país, si no puedes pensar a futuro porque estás pensando quién va a ser tu candidato?

Pero no seamos pesimistas, algo se nos ocurrirá para revertir esta situación, solo necesitamos trasladar las historias buenas que tenemos a todo lo malo que nos hace cojear. Necesitamos un Presidente a la Chicharito Hernández, un líder sindical a la Heberto Castillo, un Secretario de Educación a la José Vasconcelos (otra vez), un gobernador a la Gabino Cué (gracias a Dios ésta ya se nos hizo), una millonada de ciudadanos a la Isabel Miranda de Wallace, un puñado de literatos a la Germán Dehesa y a la Monsiváis, un México que recuerde todo lo bueno que ha olvidado, un México que se decida tomar las riendas de su destino de una vez por todas.

*Estudiante del ITAM Licenciatura en Ciencia Política