Los hackers han dejado atrás su tradicional secreto, para jactarse públicamente de sus incursiones a través de las redes sociales.
La contienda, que parece intensificarse día tras día, es protagonizada por al menos tres grandes grupos de hackers con miembros alrededor del planeta encabezados por LulzSec, Anonymous y 4 Mob.
La ola de hacktivismo ha desatado la preocupación de los gobiernos del mundo y de los grandes corporativos internacionales ante las cada vez más frecuentes irrupciones que evidencian la fragilidad de la seguridad en internet.
En las últimas semanas, estos grupos han irrumpido en sitios de internet tan diversos como el de la CIA, el Senado de EU, el Fondo Monetario Internacional. Además, el FBI, la Public Brodcasting Company (PBS) y los de compañías privadas como Citigroup, Sony Play Station, Lockheed Martin, y otras más.
En abierto desafío, los grupos de hackers han creado sus propios sitios y se han valido de Twitter y otras redes sociales para difundir sus actividades. También comparten información extraída de sus irrupciones, exteriorizan sus posiciones e ideologías y capacitan a futuros seguidores.
La reciente actitud pública de estos grupos, que solían actuar ocultos apegados al anonimato, han preocupado a gobiernos y empresarios. Ahora se exponen de manera abierta en una campaña que les está acarreando fama y seguidores, pero también la activa persecución de las autoridades.
Ante la creciente ola de irrupciones cibernéticas, la administración del presidente Barack Obama, solicitó al Congreso, aprobar medidas más duras para castigar estos crímenes, incluyendo el duplicar hasta los 20 años de prisión las sentencias máximas a aquellos que pongan en riesgo la seguridad nacional.
Este domingo, en el ataque más reciente protagonizado por uno de estos grupos, Sega, la compañía japonesa desarrolladora de videojuegos, reconoció que se robaron de uno de sus bancos de datos la información de un millón 300 mil clientes.
Sega informó que los datos extraídos comprometen nombres, fechas de nacimiento, correos electrónicos y claves encriptadas de sus clientes, aunque aclaró que los números de tarjeta de crédito de sus afiliados permanecen seguros.
El ataque a la compañía Sega es mucho menor en comparación al par de irrupciones que sufrió -en abril pasado- su competidora, la empresa Sony PlayStation, en las que se extrajo la información de 100 millones de clientes de todo el mundo.
Esa acción fue considerada como el mayor ataque cibernético registrado hasta ahora fuera del mundo financiero.
La rivalidad entre los piratas cibernéticos es otro tema naciente. Horas antes de que Sega reconociera la irrupción, Lulz Sec, quien estuvo detrás de otros recientes ataques a compañías de videojuegos incluyendo Nintendo, se ofreció a perseguir y castigar a los hackers que lo cometieron.
Lulz dio a entender que en su grupo hay múltiples seguidores de Dreamcast, una vieja consola de Sega, de ahí su desprendido ofrecimiento. Varios medios han difundido que existe una «guerra civil» entre Anonymous y 4Chan. Las versiones no han sido desmentidas por ninguno de los dos grupos a diferencia de la semana pasada, cuando Luzl y Anonymous aclararon que no se combatían entre sí.
Agencia El Universal