Los hermanos Palacios “sufrieron” varios años en el futbol profesional para que llegara este día: el que pone a los dos como dueños de la titularidad de sus respectivas posiciones y a partir de hoy ante Toluca quieren escribir “una bonita historia”.
Alejandro, El Pikolín portero, reconoce que vivió con la ilusión de algún día ser el primer guardameta felino. Siempre atrás de Sergio Bernal desde el Clausura 2003 y deambulando por las divisiones inferiores de los auriazules, nunca perdió la esperanza de algún día ser considerado por alguno de los técnicos de la institución para ser titular.
Tenía apariciones esporádicas en el 11 inicial, es cierto, pero siempre que el ahora ex portero regresaba de alguna lesión o suspensión, volvía a ser confinado al banquillo de suplentes.
“Se sufre un poco estando en la banca, la verdad”, recuerda el arquero de 29 años. “Uno siempre tiene la ilusión de estar en la cancha, de jugar de aportarle al equipo, pero de alguna u otra forma tienes que asimilar cuando no te toca participar y estar con el grupo y los compañeros para el bien del equipo”.
La aduana de este mediodía es una difícil visita a los Diablos Rojos. El conjunto universitario no gana desde el Apertura 2004, pero eso no le asusta a Palacios “porque estoy más que motivado e ilusionado con poder defender la portería de Pumas”.
Agrega que se siente cobijado por los hombres de experiencia de los azul y oro como Darío Verón, quien se reporta listo para arrancar el juego tras un cuadro gripal, Israel Castro, el capitán, además de Leandro Augusto.
Quien tampoco lo deja sin arropar es su hermano, Marco Antonio.
El Pikolín defensa sabe que ésta es una “oportunidad que Alejandro no debe desaprovechar”. Lo dice por experiencia. Él tuvo que padecer durante varios años oscilar entre la suplencia y la titularidad con los Pumas e, incluso, abandonó el Pedregal para militar durante un torneo con el Veracruz.
“Se sufre muchísimo para consolidarse en Primera División” describe el zaguero. “A mi hermano le deseo toda la suerte del mundo, que aproveche esta oportunidad que se le presenta en Primera División”.
Así, el inicio de una nueva era arranca en el arco felino en el Infierno con los Pikolines felices por cumplir su sueño.
“Jugar con mi hermano es una emoción muy grande”, exclaman. “Imagínate, siendo gemelos estar en el mismo equipo, en los Pumas, es como algo soñado y vamos a tratar de hacer una bonita historia, hacer que el sufrimiento valga la pena”.
Agencia El Universal