Como un proyecto en el que el Jazz y el barroco no se fusionan sino que coexisten y ofrecen una amplia gama de experiencias musicales, fue definido por Horacio Franco el proyecto musical H3A, título que hace alusión a la “H” del nombre del famoso flautista mexicano, con las tres “A” con las que comienzan los nombres de los músicos Abraham Barrera, Adrián Oropeza y Aarón Cruz
Entrevistados durante la sesión de ensayo en la que afinaban los últimos detalles para el lanzamiento del disco y del espectáculo del mismo nombre, el próximo 28 de junio en el Lunario del Auditorio Nacional, los integrantes de este cuarteto constituido por Horacio en la flauta de pico; Abraham Barrera en el piano y clavecín, Adrián Oropeza en la batería y Aarón Cruz en el contrabajo, coincidieron en que se trata de un diálogo afortunado entre instrumentos y estilos.
-¿Cómo comienza el proyecto H3A?
-Horacio: Adrián Oropeza trabajaba como maestro en una preparatoria y yo fui a dar un concierto didáctico, le comenté a Adrián que yo tenía muchas ganas de hacer jazz y él se encargó de lo demás.
-Adrián: Yo soy también maestro y ese día yo tenía el material de mi primer disco físico, al final del concierto lo saludé y él me dijo que ya conocía mi música y le gustaba lo que hacía, y pues, ¡hagamos jazz!, le dije. Invité a Abraham con quien ya había trabajado en el disco Mezcal, y se dio a la tarea de componer específicamente siete temas para este proyecto que en realidad tomó tres años, porque teníamos que coincidir con agendas, compromisos de todos, y al final coincidimos en que Aarón Cruz era la persona ideal como contrabajista
-¿Horacio sintió un cambio muy radical al combinar el barroco con el Jazz?
-Horacio: Yo siempre quise tocar jazz, pero no lo había hecho por el respeto que me infundía el adentrarme a un mundo que no era el mío, lo bueno es que me encuentro aquí con tres músicos que son muy abiertos y que rompen el patrón de conducta de que los jazzistas sólo el jazz, ellos son muy versátiles, obviamente se dedican más a la música popular y yo me dedico más a la música clásica, evidentemente, pero como para mí la música es un lenguaje universal, no tuve ningún reparo en adentrarme a otro tipo de expresión.
-Sin embargo a la flauta de pico se le conoce como uno de los instrumentos más ancestrales
-Horacio: Sí, muy ancestral, es barroco y renacentista, aunque nunca tuvo el auge que debería haber tenido, porque el buen repertorio de la flauta se puede contar con los dedos de una mano, son tres sus principales compositores, Vivaldi, Telemann y Bach. No puedes encontrar el mismo repertorio que había para el clavecín o para el violín, la flauta era un instrumento secundario y muy olvidado, entonces si se quiere tocar la flauta dulce y quedarte en el repertorio original, uno está perdido.
-Por ello, ¿ha buscado ampliar los horizontes de este instrumento con otros estilos musicales?
Horacio: Exacto, no me quería quedar en una mediocre música barroca, por eso he tocado a los Beatles, danzones, improvisaciones con indígenas, con jazzistas, con rockeros y hasta con disc jockeys. Este proyecto sí me infundía mucho respeto, el adentrarme a una música que no es la mía y que académicamente tiene todo el sustento, no es una música popular más intuitiva, es más racional, sí es animal, visceral, fuerte en el sentido de la reacción, pero es lo mismo que la música clásica.
-Pero, ¿hay coincidencias con el barroco?
-Horacio: El jazz es como el barroco, con un grupo de cámara chico, y el ejecutor es el creador, y como yo soy especialista en música barroca, puedo sentirme más libre como recreador. Esa apertura de mentalidad es la que me lleva a hacer música con estos grandes maestros del jazz, ya no me siento tan intruso, estoy entendiendo cómo se hace la música y cómo se reacciona en el jazz. Es asombroso cómo un compositor como Abraham puede ser tan versátil, enriquece mucho el lenguaje de mi instrumento.
-¿Considera que se va a mostrar un aspecto desconocido de la flauta de pico y el barroco?
-Horacio: Después de haber tocado estas obras, y que hayan trascendido al público, va a cambiar la visión que se tiene de la flauta como instrumento barroco, o popular o contemporáneo, porque la flauta del siglo XXI es otro rollo, compositores como Mario Lavista, o grandes compositores europeos como Luciano Berio, u otros como Makishi o Shinohara, tienen obras sólidas, pero con otro lenguaje. Estas piezas le dan un empujón a la flauta dulce como un portavoz del jazz moderno.
-Adrián: El tema que compuse es como el encuentro de dos mundos, con la flauta barroca, de pico, el clavecín, la batería y el contrabajo, es esa fusión de sonidos, el jazz es maravilloso por eso, porque permite este encuentro, este diálogo de elementos.
-Abraham: El reto fue qué música crear, con qué estructura, con qué atmósferas, porque ya conocemos las capacidades musicales, técnicas y preparación de Horacio y cómo fusionar un trío de jazz con elementos clásicos, de barroco, impresionistas. Mi estilo de componer es arriesgar hacia otras sonoridades. Originalmente íbamos a tocar piano, contrabajo y batería con la flauta de pico, toda la música había estado escrita así, y cuando empezamos a montar el repertorio, tomé en cuenta que Horacio no era jazzista, no tenía el lenguaje o la experiencia en este género, lo que yo propongo en cada una de las composiciones es crear estructuras, atmósferas y armonías en las que él automáticamente se sintiera cómodo y pudieran sumarse con lo que él ya es.
-Y ¿cuándo surgió la idea de integrar a Arón Cruz?
-Abraham: Aarón Cruz es uno de los mejores exponentes del contrabajo en nuestro país y se necesitaba un músico que pudiera no nada más ejecutar, sino hacer música, entender el concepto y el estilo y eso se suma a la composición. Se manejan muchos estilos, hay un huapango, hay un tema amilongado, otro que es una samba fusionada con el barroco, hay temas muy lentos que pueden tener la estructura jazzística, toda la armonía, pero en los que también hay un lenguaje clásico entre la armonía, entre los intervalos, que se va generando, entonces realmente a través de las composiciones y de la música se creó el concepto del disco.
-Finalmente, Aarón, ¿cómo sintió que se integró el contrabajo a este proyecto?
-Aarón: Mi labor es simple y compleja, yo otorgo la base rítmica armónica de la música, lo fundamental de cada acorde, y así voy sosteniendo la rítmica, la melodía, la armonía, tratando de contener todo. Creo que el jazz como ninguna otra música acepta la individualidad de cada músico y aquí son cuatro universos completamente diferentes, en ellos estamos empezando a encontrarnos, a compartir nuestros puntos de vista y conociéndonos. El jazz es una aventura, no sólo de los músicos sino también del público, y ¿quién no quiere ser parte de una aventura?
El proyecto musical H3A se presentará el próximo 28 de junio en el Lunario, del Auditorio Nacional, para mayores informes y para obtener el disco en formato digital, visitar la página www.cdbaby.com