IFE, consejeros, legisladores y política bananera
• Beltrones pone lucidez: ¿y la reforma electoral?
• Presión máxima de panistas al gobierno de Peña
Columnas » Publicado el 27 Noviembre, 2013 por José Ureña
La siguiente historia pareciera corresponder a un país bananero:
Un organismo fundamental para la democracia se queda medio integrado porque expira la vigencia de sus miembros y casi en automático debiera completarse para garantizar su pleno funcionamiento.
Pero la autoridad encargada de designar a los sucesores no tiene reglas ni plazos ni penalidades por incumplir sus responsabilidades y, sabiéndose impune, deja pasar los días y los meses sin consecuencia alguna.
Esta historia se da en México.
El Instituto Federal Electoral (IFE) se ha quedado con sólo cuatro de sus nueve consejeros –Benito Nacif, Marco Baños, Lorenzo Córdova, María Marván- por la salida de cinco: Sergio García Ramírez, Leonardo Valdés, Francisco Guerrero, Alfredo Figueroa y Macarita Elizodo.
La designación de los sucesores es facultad exclusiva de la Cámara de Diputados pero, ¿qué cree usted?
No hay fórmula preestablecida.
Y 27 días después de su salida, las fracciones han iniciado el procedimiento de sustitución sin tener definido el método.
Al frente de la conducción está el perredista Silvano Aureoles en su calidad de presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) y promete que serán designados.
Pero el priísta Manlio Fabio Beltrones, con peso muy superior a sus pares, promueve esperar la reforma política para saber si, como exigen Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), se sustituye al IFE con el Instituto Nacional de Elecciones (INE).
NI SIQUIERA HAN CONSULTADO A CANDIDATOS
El asunto tiene más trabas de forma y de fondo.
De forma:
Los diputados corren el riesgo de efectuar la primera criba para desechar a 24 inelegibles y reducir el número de prospectos a 28 para de ahí, bajo un método todavía por designar, saldrían los cinco definitivos.
Y bajo el supuesto de coincidencia entre las bancadas, los legisladores se enfrentarían a otra posibilidad: el rechazo de algunos de los 28 seleccionados por los grupos parlamentarios.
Porque, aunque a usted le sorprenda, oficialmente no han sido consultados los 52 postulados –ya se hicieron a un lado Mauricio Farah y Agustín Basave- y mucho menos han tenido la posibilidad de aceptar su candidatura por escrito.
Otra inseguridad es cómo viene la reforma política.
Hasta ayer seguía trabada en el Senado de la República con la exigencia del PAN, al parecer irreductible, de aplicar la reelección inmediata de legisladores aunque la prohíba expresamente la Constitución.
Y, situación hipotética, ¿qué pasaría si la Cámara elige hoy a los cinco consejeros electorales y el jueves los desaparece el Senado con la creación el INE?
Eso pasa en este país bananero.
EL PAN INTENTA ACORRALAR A GOBIERNO Y PRI
Gobierno y partidos expresaban anoche voluntad para sacar la reforma electoral.
Sin embargo, en el Senado no había acuerdo.
El PAN, Gustavo Madero, Jorge Luis Preciado y compañía querían sacar ventaja de su posición de fuerza, a sabiendas del interés del gobierno de Enrique Peña por la reforma energética.
En cambio, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) reivindicaba el mandato constitucional de no aprobar la reelección inmediata para no convertir a los legisladores actuales en beneficiarios de su propia reforma.
Suena raro, pero está vigente el planteamiento de Emilio Chuayffet cuando diputado federal, diez años atrás: no puede reelegirse quien fue elegido para un solo período bajo el principio de no reelección.
Las diferencias por la repetición del cargo pueden zanjarse este miércoles –y el PAN lleva la delantera-, a cambio de mantener la enorme burocracia de los organismos estatales, tribunales e institutos.
De lo contrario, la agenda legislativa de fin de año quedará trastocada.
Porque si no hay reforma electoral, ni pensar en la energética.
Es una situación extrema, decían anoche en la cúpula del poder: todavía quedan tres semanas.