Una serie de propuestas generadas desde perspectivas particulares se reúnen en la exposición colectiva Imágenes guadalupanas, que fue inaugurada la noche de este martes 11 de diciembre de 2012 en el Salón de la Plástica Mexicana (SPM), donde permanecerá hasta finales de este mismo mes. Participan en ella autores como Hermenegildo Sosa, Aliria Morales, Federico Cantú, Celso Zuribe, Yolanda Quijano, José Monjaraz y Luz María Solloa.
Cecilia Santacruz, coordinadora del SPM, dijo que en ocasión del festejo anual que el pueblo de México realiza a la virgen de Guadalupe, el Salón decidió organizar esta colección en la que participan varios de sus integrantes, con propuestas que son muy diversas, pero que coinciden en resaltar tanto la vigencia de la imagen mariana como la posibilidad de interpretaciones o asociaciones que se pueden hacer de ella con la realidad.
Detalló que por ello la variedad de obras es muy amplia, tanto en formatos como en temáticas. En cuanto a las técnicas incluidas, van de la fotografía al arte objeto, de los óleos a la acuarela, del collage a las técnicas mixtas; mientras que las interpretaciones que hacen los autores van de la admiración plástica a la dura crítica social.
Luz María Solloa, quien dedica en general su obra plástica a la denuncia del maltrato contra las mujeres, por ejemplo, envió desde su natal Ciudad Juárez la obra Aparecida y desaparecida, en la que una mujer joven recibe un abrazo reconfortante de la virgen de Guadalupe.
“Ésta es una imagen muy fuerte y crítica, pues desde el título vemos que la autora establece un vínculo entre la imagen de culto y la realidad, que luego se desborda en la propia pintura, que incluye además algunas otras referencias a los casos de las muerta de Juárez, un caso que ella ha seguido desde hace varios años en su producción plástica.
“Pero no todo es así en la colectiva, por ejemplo, Hermenegildo Sosa es un paisajista que también le ha dedicado una obra que se incluye en esta ocasión y que consiste justamente en un campo onírico lleno de flores amarillas muy lindas, por el cual se pasea tranquila la guadalupana, vestida con su tradicional atuendo, aunque sus colores no corresponden a los reales, pues estos son más vivos”, comentó Santacruz.
Otro ejemplo mencionado por la coordinadora del Salón es el de Celso Zuribe, quien participa con la pieza Cada quien su virgen, una camiseta para niño en la cual pintó la conocida imagen de la virgen, pero en vez de que sea un ángel quien la sostiene, es un enmascarado de plata, para convertirla así en la patrona de los luchadores. Todo con un sentido lúdico, al tiempo que respetuoso.
“La constante, como podemos ver, es la interpretación de la imagen venerada, mientras que el contexto en el que se le ha colocado es lo que cambia, porque en ningún momento planteamos este ejercicio plástico como algo fuerte, sino que busca resaltar la amplia gama de interpretaciones plásticas contemporáneas”.