México, D.F.- El uso del calendario ritual de 260 días, creado en la época prehispánica, hoy es posible observarlo entre los grupos mayas de los Altos de Guatemala, que mantienen esta tradición para una gran cantidad de fines, entre los que destaca la adivinación, la celebración de ceremonias y el entendimiento de la personalidad, aspectos que serán abordados en un curso a realizarse en el Museo Nacional de Antropología.
El antropólogo Iván Canek Estrada Peña, quien impartirá esta actividad los sábados de febrero, comentó que no debe confundirse este sistema calendárico —que dura aproximadamente 9 meses— con el llamado calendario de cuenta larga, dentro del cual concluirá un ciclo el próximo 21 de diciembre de 2012, porque no tiene vigencia entre los mayas contemporáneos.
Tzolk’in: un sistema de contar y entender el tiempo en los mayas de Guatemala, título del curso, pretende demostrar que “esta forma de medir el tiempo, es una ventana para asomarse a la cultura de estas poblaciones, pues con base en dicho calendario rigen su vida, tanto individual como comunitaria, un modo muy distinto de transcurrir los días con respecto al uso occidental”.
Los k’iche’, kaqchikeles, mames, ixiles, entre otros pueblos, rigen su vida a partir de la lectura de este sistema calendárico que ha permanecido de manera ininterrumpida desde la época prehispánica, aunque durante los tres siglos de la Colonia éste se usó de manera clandestina, ya que los evangelizadores consideraban superchería este tipo de “pronósticos”.
Como explica Canek Estrada, quien recientemente obtuvo el Premio Palenque, que otorga el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), por su ensayo Ideas del tiempo cíclico entre los k’iche’ contemporáneos, el tzolk’in o calendario ritual de 260 días se caracteriza por combinar 20 días —que tienen un nombre propio— con 13 números.
Desde tiempos precolombinos, la lectura del tzolk’in recae en las personas denominadas ajq’ij, quienes obtienen esta capacidad de distintas maneras: al sobrevivir de una fuerte y prolongada enfermedad, a través de los sueños, u otras vicisitudes que se interpretan como señales para tomar la vocación de “contadores de los días”.
“El uso del tzolk’in se mantuvo durante la Colonia, sobre todo entre las cofradías (congregación de devotos), de manera que en algunas comunidades de los Altos de Guatemala como Chichicastenango o San Pedro Sacapulas, los encargados de nombrar a los cofrades, era el grupo de los principales, quienes en su mayoría eran ajq’ij, es decir, manejaban el calendario de 260 días”, refiere el experto en Estudios Latinoamericanos.
Pero esta utilización del tzolk’in se mantiene hasta el día de hoy en poblaciones como Momostenango, donde la llamada “tradición” es fuerte; ahí, los cargos comunitarios se otorgan combinando el consenso de gente importante del lugar, con la “adivinación” del calendario ritual.
Las interpretaciones del “contador de los días” se dan a partir de preguntas al paciente —quien tiene una inquietud concreta—, y el empleo de rezos, semillas de colorín, del fuego, de las vibraciones o espasmos corporales, de los sueños y del canto de algunos pájaros, por mencionar algunos elementos, los cuales cobran sentido con base en el día en que está ocurriendo.
“Para los mayas —anota Canek Estrada—, cada día es distinto, tiene un ‘trabajo’ o ‘personalidad’ propios, es decir, puede ser propicio o adverso para resolver ciertas situaciones de la vida personal o colectiva, de ahí su importancia”.
Por ejemplo, el día Ajmaq está dedicado a los ancestros y al perdón; Kawuq está relacionado con las mujeres y con sentimientos de ira y enfado; Toj, del fuego, es favorable para saldar deudas, no sólo de tipo económico. En general, el significado de los días del calendario es dual, en el caso de Junajpu, que también es de los ancestros, se recibe una fuerza externa que puede ayudar a superar pruebas de la vida, o lo contrario, dejarse vencer por ellas.
Saber si la persona amada será el cónyuge correcto, si se es víctima de una brujería o de robo, conocer la causa de una enfermedad (ya que también es un mal espiritual), pronosticar un viaje o un negocio, e inclusive, “aventurar” los resultados de alguna elección de tipo político, son parte de los motivos por los que se acude a un ajq’ij, quien más que una adivinación, da una respuesta a partir de comprender la vida del paciente.
El calendario ritual maya tiene una vigencia inusitada, así lo confirma la mayor celebración de la “espiritualidad maya”, la del día 8 B’atz’, en la que se completa un ciclo del calendario. Grandes ceremonias se celebran en esta fecha, algunas de ellas en zonas arqueológicas que se consideran sagradas, en las organizaciones no gubernamentales e instituciones de corte indígena.
“Hay una participación cada vez mayor en las ceremonias que conmemoran éste y otros días importantes, que se han convertido en el símbolo por excelencia de un ‘tiempo propio’, inclusive ahora se le conoce como el ‘año nuevo maya’. Los mayas nunca han perdido ‘su tiempo’, pero ahora es cuando se sujetan más fuerte a él”, concluyó el etnólogo.
Tzolk’in: un sistema de contar y entender el tiempo en los mayas de Guatemala, se realizará los sábado de febrero, de 10:00 a 13:00 horas, en el Auditorio “Fray Bernardino de Sahagún” del Museo Nacional de Antropología.
Costo: 700.00 pesos, con descuento de 50% a estudiantes de universidad o preparatoria y personas de la tercera edad, con credencial INAPAM vigente. Informes al 4040 5300 exts. 412308 y 412309; correo electrónico: jorge_ruvalcaba@inah.gob.mx y promocion_cultural@inah.gob.mx.