Durante 2010, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) presentó más de 30 exposiciones en los distintos museos nacionales y regionales, bajo su adscripción.
Entre ellas destacan Moana, en el Museo Nacional de Antropología; Moctezuma II, en el Museo del Templo Mayor, y Testimonios de una guerra. Fotografía de la Revolución Mexicana, que se exhibe actualmente y permanecerá hasta febrero de 2011 en una treintena de recintos simultáneamente.
Particularmente este año, con motivo del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, se montaron diversas exhibiciones con dicha temática, en las que, a través de valiosas piezas arqueológicas, históricas y contemporáneas, se exaltó esta etapa de la historia nacional.
Una de las exposiciones encargadas de abrir el año fue El Centenario de México de 1910, en el Museo Casa de Carranza, que a manera de crónica visual dio cuenta de las fiestas que durante un mes se llevaron a cabo con motivo del Centenario de la Independencia.
Inaugurada en febrero y visitada por cerca de dos mil personas en sólo cinco semanas de haber sido abierta, esta exhibición, compuesta por fotografías y objetos de la época, ofreció un recuento de las celebraciones oficiales con las que Porfirio Díaz conmemoró los primeros 100 años de la vida independiente de México.
Ese mismo mes, en el Museo Nacional de Antropología se inauguró la muestra Maya Puuc, en la que Tomás Casademunt presentó 32 fotografías captadas durante su travesía por Yucatán, donde retrató los palacios mayas iluminados únicamente por la luz de la Luna.
A manera de diario de viaje, el fotógrafo capturó edificios representativos de los sitios arqueológicos de Uxmal, Kabah, Xlapak, Sayil, Labná, Sierra del Puuc, Oxkintok, Koom y Chichén Itzá.
En el mismo recinto nacional, la exposición Moana: Culturas de las islas del Pacífico, congregó a cerca de dos mil visitantes en su primera semana de apertura, en abril.
Estuvo integrada por 268 piezas etnográficas que datan de fines del siglo XVIII y hasta mediados del XX, provenientes de las poblaciones isleñas de Oceanía, tales como armas de mano y adornos corporales procedentes de Melanesia, así como de Hawai y las islas de Cooh, escudos de Nueva Guinea, armas de mano de Kiribati, cintos y amuletos de Papúa.
Por su parte, el Museo Nacional de las Intervenciones exhibió en mayo y por primera vez en México, una colección sui géneris de 122 exvotos pictóricos que datan del siglo XVIII hasta nuestros días.
Bajo el título Los relatos pintados: La otra historia, Exvotos mexicanos, esta exhibición dio cuenta, a manera de registro popular, de las gestas de la Independencia y la Revolución.
Ese mismo mes, el Museo Nacional del Virreinato, en el Estado de México, presentó 550 piezas de gran valía histórica y estética, algunas de ellas nunca antes vistas en el país, como parte de la muestra Plata. Forjando México.
La importante colección incluyó objetos de ese metal, procedentes de las Islas Canarias, España, y que fueron hechos en los distintos virreinatos españoles.
Una de las innovaciones de dicha exhibición fue la sección dedicada a la platería de la actualidad, como un homenaje a los plateros mexicanos que mantienen las antiguas técnicas de este oficio.
Moctezuma II. Tiempo y destino de un gobernante es una de las exposiciones abiertas en junio y que permanecerá en exhibición hasta el próximo 16 de enero de 2011, en el Museo del Templo Mayor; reúne 220 joyas prehispánicas y coloniales que dan cuenta de la vida del último jerarca de Tenochtitlan.
Hasta el momento ha sido visitada por más de 350 mil personas que han disfrutado doblemente esta exposición, porque además de mostrar objetos alusivos a Moctezuma, prehispánicos y de la época de Contacto, también se presenta al público -y por primera vez desde su descubrimiento en 2006- el monolito de la diosa Tlaltecuhtli, junto con 98 piezas que forman parte de las ofrendas asociadas a esta deidad mexica de la tierra.
A mediados de 2010, el Museo Nacional de Historia ‘Castillo de Chapultepec’ acogió la exposición Zapata en Morelos, montaje que reunió un centenar de objetos históricos relacionados con el Caudillo del Sur, entre ellos la ropa y el sombrero que portaba el día de su asesinato.
Asimismo se mostraron 30 fotografías recientes del paisaje zapatista a 100 años del movimiento revolucionario, así como la montura en la que murió Emiliano Zapata, víctima de una emboscada el 10 de abril de 1919.
Una de las exposiciones más exitosas de este año fue Rostros de la divinidad. Los mosaicos mayas de piedra verde, conformada por 147 piezas prehispánicas, entre ellas, un corpus de 13 máscaras funerarias mayas de piedra verde y un pectoral zoomorfo de concha.
Inaugurada en agosto en el Museo Nacional de Antropología, la exposición incluyó la presentación de los ajuares funerarios con que fueron enterrados -hace más de mil años- seis dignatarios mayas en templos prehispánicos de las ciudades de Palenque (Chiapas) , Calakmul (Campeche) , Dzibanché (Quintana Roo) y Oxkintok (Yucatán) ; incluyó también la recreación de la tumba de Pakal, gobernante de Palenque.
También en agosto, pero en el Palacio de la Escuela de Medicina, la exhibición La huella en los huesos. Un acercamiento a la antropología física exhibió 150 piezas óseas humanas, entre vértebras, cráneos, costillas, mandíbulas, radios y cúbitos, que formaron parte del esqueleto de los primeros pobladores de América de hace 14 mil años y hasta el siglo XX.
Algunas pertenecen a poblaciones extintas como las de la Era de Hielo, entre las que destacan las osamentas de dos de los ejemplares humanos más antiguos del Continente: La Mujer del Peñón y el Hombre de Chimalhuacán.
A partir de las marcas y deformaciones de los huesos, la muestra reveló no sólo los padecimientos, sino también su evolución, así como las técnicas que siguieron diferentes culturas para sanarlos.
Por su parte, el Museo Nacional de las Culturas reabrió sus puertas en octubre -tras casi cuatro años de trabajos de restauración, adecuación arquitectónica y actualización museográfica-, con la presentación de la exposición Los primeros pueblos de Canadá. Obras maestras del Museo Canadiense de las Civilizaciones.
La muestra reunió una colección de 150 piezas arqueológicas y etnográficas de gran valor histórico y significado cultural de los más antiguos pobladores del norte de América, a través de las cuales se dio testimonio del ingenio con que lograron adaptarse a la naturaleza extrema de las regiones árticas.
Estas joyas de la antropología canadiense datan de épocas remotas, cuando el hombre inició su largo peregrinar por el Continente Americano.
Entre los pueblos representados en esta muestra destacaron el algoquian, el dene y el inuit o esquimal, aunque en el territorio canadiense actualmente se reconocen más de 600 primeros pueblos, que conservan 56 lenguas nativas.
A punto de finalizar el año, en noviembre, se inauguró México, la Tercera Raíz y la Independencia, en el Museo Nacional de las Intervenciones, la cual conjunta 80 piezas, entre imágenes y documentos históricos que dan testimonio del papel de la población negra en México. La muestra permanecerá hasta febrero de 2011.
Cabe señalar que los africanos aportaron a la cultura de México las artesanías más finas, textiles coloridos, instrumentos musicales, como el yembé (tambor africano) , testimonio de la rítmica, además de la herencia del uso de máscaras en las festividades y las peregrinaciones, así como el gusto por el baile.
Por último, desde el 20 de noviembre el INAH exhibe simultáneamente en 30 museos del país la muestra fotográfica Testimonios de una guerra. Fotografía de la Revolución Mexicana, compuesta por 145 imágenes históricas inéditas o escasamente conocidas por el público.
Ellas plantean una reflexión a través del testimonio visual ‘no sobre los revolucionarios, sino sobre los revolucionados’, de los seres anónimos que les tocó vivir y padecer éste que fue el primer lanzamiento social del siglo XX.
Son estampas que van más allá de los retratos de los líderes famosos como Emiliano Zapata, Francisco I. Madero y Francisco Villa, para hacer énfasis en los hombres y mujeres anónimos, protagonistas principales de esta gesta que marcó el rumbo del México contemporáneo.
La exposición, conformada por imágenes en blanco y negro pertenecientes en gran medida de la Fototeca Nacional del INAH, ofrece un recorrido conforme a momentos clave y los movimientos liderados por distintos caudillos. Las secciones son:
El porfiriato, El maderismo, El zapatismo, El orozquismo, La Decena Trágica y el huertismo, La invasión a Veracruz, El villismo, El convencionismo y El constitucionalismo. Continuará en exhibición en los 30 recintos hasta febrero de 2011.
Agencia El Universal