La publicación de libros es uno de los medios de difusión-divulgación a través del cual se dan a conocer las investigaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). En el año que acaba de concluir, se presentaron textos que abordan temas arqueológicos, antropológicos, fotográficos, gastronómicos y pictóricos.
Los textos del instituto tuvieron presencia en el Salón Internacional del Libro de Ginebra, Suiza, con 250 publicaciones; en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), con mismo número de títulos; y en el XXV aniversario de la Feria del Libro de Antropología e Historia (FLAH).
Basándose en el trabajo del Proyecto Etnografía de las Regiones Indígenas de México en el Nuevo Milenio, el INAH realiza una serie de tomos conformados en atlas, que incluyen mapas, gráficas, fotografías, ensayos y reflexiones de antropólogos, historiadores, etnohistoriadores y arqueólogos.
El Atlas etnográfico de los pueblos indígenas de la Huasteca y el semidesierto queretano es un compendio del desarrollo y las particularidades de los seis grupos etnolingüísticos que viven en esta región, que incluye a los estados de Veracruz, Tamaulipas, Puebla, Hidalgo, San Luis Potosí, Querétaro y Guanajuato.
El texto, que fue coordinado por Julieta Valle, Diego Prieto Hernández y Beatriz Utrilla, es una coedición de la Coordinación Nacional de Antropología del INAH, el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), la Universidad Autónoma de Querétaro y el Instituto Queretano para la Cultura y las Artes.
De igual manera, Los pueblos indígenas de Hidalgo. Atlas Etnográfico reúne un amplio panorama de las tradiciones culturales de los pueblos otomíes que se manifiestan en la vida cotidiana, trabajo y ritualidad. La coedición del INAH y del Gobierno del Estado de Hidalgo estuvo coordinada por Lourdes Báez, Gabriela Garret, David Pérez, Beatriz Moreno, Ulises Fierro y Milton Hernández.
Por otra parte, las investigaciones y hallazgos realizados en los últimos 25 años en la Zona Arqueológica de Tlatelolco, como el Templo de Ehécatl-Quetzalcóatl y la Caja de Agua, se encuentran en el catálogo Encuentros con el tiempo. Arqueología de Tlatelolco. 1987-2013. Se trata de una participación entre el INAH y la UNAM e incluye artículos escritos por los arqueólogos Eduardo Matos Moctezuma y Salvador Guilliem, entre otros.
En tanto, el libro Tamtoc. Esbozo de una antigua ciudad urbana presenta las investigaciones arqueológicas desarrolladas en ese sitio arqueológico de San Luis Potosí, como la función de las estructuras principales de la zona, la escultura, cosmovisión, salud, rituales funerarios y el análisis de los materiales arqueológicos. Este proyecto fue encabezado por Estela Martínez Mora, Guillermo Córdova Tello y Patricia Olga Hernández Espinoza.
La importancia de La Malinche como montaña sagrada se rescata en el libro Matlalcueye. El volcán del alma tlaxcalteca, del arqueólogo y antropólogo Ismael Arturo Montero García, el cual describe rituales dedicados a la diosa del agua y a distintas advocaciones marianas. Es una edición del INAH, editorial Porrúa y el estado de Tlaxcala.
El resguardo de las antiguas costumbres que se desarrollaban el Día de Muertos en Guerrero —que forman parte del patrimonio inmaterial— se reúnen en el texto San Andrés Huixtac. En el lugar de las piedras blancas, que también aborda el contexto social del lugar. La investigación fue realizada por estudiantes y profesores de la licenciatura y el posgrado en Antropología Física de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Como parte de la serie Testimonios del Archivo, editado por la Sistema Nacional de Fototecas, se publicó El ropero de las señoritas Sámano Serrano, escrito por el antropólogo Carlos Vázquez Olvera, uno de los descendientes de esa familia de Acámbaro, Guanajuato y quien es el director del Museo Nacional de las Culturas. A través de un álbum fotográfico, Vázquez Olvera cuenta la historia de varias generaciones de esta familia y de las transformaciones de esa localidad guanajuatense desde la mitad del siglo XIX hasta la década de los 60.
En tanto, en el Engranaje culinario. La cocina mexicana en el siglo XIX, el investigador del Museo Nacional de las Intervenciones, José Luis Juárez López, explica cómo la comida de origen indígena fue aceptada por la elite hasta finales del periodo decimonónico y que su inclusión de forma casera la convirtió en tradición popular.
La salvaguardia de la comida mexicana, los lugares sagrados de los huicholes, la cultura del maíz, las expresiones musicales y las manifestaciones religiosas, entre otros temas, son abordados en los ensayos que conforman el libro Patrimonio Inmaterial; ámbitos y tradiciones; coordinado por Carmen Morales Valderrama y Mette Marie Wacher Rodarte.
La historia personal de Maximiliano de Habsburgo y Carlota de Bélgica durante su imperio en territorio mexicano de 1864 a 1867, es narrada a través de la mirada de Wilhelm Knechtel (1837-1924) en Las memorias del jardinero de Maximiliano, que entre otras cosas cuenta la afición del archiduque por la arquitectura, la jardinería y la cultura prehispánica.
Otro de los temas fue el estudio de una obra de Miguel Gerónimo Zendejas, del siglo XVIII, que fue plasmada en 16 puertas de madera de una alacena ubicada en la sala de reuniones de la Cofradía de San Nicolás Tolentino. De allí surgió el libro titulado Un almacén de secretos. Pintura, Farmacia, Ilustración: Puebla, 1797. La investigación es de la historiadora del arte Lucero Enríquez Rubio y la publicación fue una colaboración entre el INAH y la UNAM.