Los pianistas cubanos Chucho y Bebo Valdés serán investidos doctores «honoris causa» del Berklee College of Music de Boston el próximo 7 de mayo, informó hoy la SGAE, responsable del nombramiento de estos dos músicos en esta prestigiosa universidad estadounidense.
El año pasado el guitarrista Paco de Lucía se convirtió en el primer español en obtener este reconocimiento, también a propuesta de Eduardo Bautista, presidente ejecutivo de la Sociedad General de Autores de España (SGAE) y miembro del Board of Trustees del centro docente de Boston (Massachusetts) .
Los Valdés se suman a un selecto grupo de grandes nombres distinguidos con anterioridad por Berklee, como David Bowie, Dizzy Gillespie, Sting, Phil Collins, Aretha Franklin, Chick Corea, Rubén Blades, George Benson, Juan Luis Guerra, Duke Ellington, B.B. King, Quincy Jones, Steve Vai, Paul Simon, Pat Metheny, Steve Winwood, Steven Tyler, Herbie Hancock o Paco de Lucía.
Además de Bebo y Chucho Valdés, este año, Berklee ha reconocido como Doctores Honoris Causa a Kenny Garrett, Mavis Staples y Michael McDonald. En total, cinco músicos de los que la prestigiosa escuela estadounidense destaca «sus logros e influencia en la música, y su contribución permanente a la cultura norteamericana e internacional» .
La ceremonia oficial de graduación tendrá lugar el sábado 7 de mayo en el Agganis Arena de la Universidad de Boston y el día anterior un grupo de alumnos del Berklee College of Music interpretará algunas composiciones de los galardonados.
Bebo Valdés, nacido en La Habana el 9 de octubre de 1918, es uno de los más importantes músicos cubanos vivos. Pianista, líder de orquesta, compositor y arreglista, comenzó su carrera tocando en salas de fiestas durante los años cuarenta, siendo el pianista y arreglista de Ernesto Lecuona y Rita Montaner, entre otros.
Valdés jugó un importante papel en el desarrollo del mambo, así como en el movimiento del filin durante los años cincuenta, antes de originar su propio ritmo, el batanga. En 1952, el productor Norman Granz grabó con Bebo en La Habana la primera descarga cubana (jam session).
Después de la revolución, abandonó Cuba en 1960, instalándose en Suecia, donde pasó tres décadas tocando el piano en el hall de un hotel de Estocolmo, hasta que fue redescubierto gracias al disco «Bebo Rides Again» , invitado por Paquito D’Rivera (1994) y el documental de Fernando Trueba «Calle 54» (2000).
A sus 76 años comenzó una nueva carrera donde se encontró de nuevo con Cachao en «Lágrimas Negras» y con su hijo en «La Comparsa» , ambos temas incluidos en «Calle 54».
Después ha grabado «El arte del sabor» (2000) con Cachao y Patato, producido por Nat Chediak; «Lágrimas Negras» (2003) , con Diego el Cigala; «Juntos para siempre» (2008) , su primer disco en dúo con Chucho, y la banda sonora de «Chico & Rita» (2010) , película de Fernando Trueba.
Con 92 años, vive en Málaga (sur de España) , tiene registradas en la SGAE 171 obras y cuenta con cinco Premios de la Música, seis Premios Goya y siete Premios Grammy.
Chucho Valdés nació también en La Habana el 9 de octubre de 1941 y es pianista, compositor, profesor de música y arreglista. A los tres años ya tocaba al piano las melodías que escuchaba en la radio, de oído, con ambas manos y en cualquier tono.
Tras formar su primer trío de jazz en 1956 y debutar como solista en diferentes hoteles, en 1959 empezó a tocar en la orquesta Sabor de Cuba, dirigida por su padre, con la que acompañó a importantes cantantes de la época como Rolando Laserie, Fernando Álvarez y Pío Leyva.
En 1970 con su propio combo actuó el Festival Internacional de Jazz Jamboree, en Polonia, convirtiéndose en la primera agrupación cubana en participar en el exterior en un encuentro de ese género, donde es felicitado por Dave Brubeck y ubicado, por primera vez, entre los cinco mejores pianistas de jazz en el mundo junto a Bill Evans, Oscar Peterson, Herbie Hancock y Chick Corea.
Fue en 1973 cuando creó Irakere, considerado el grupo más importante en la historia de la música cubana en la segunda mitad del siglo XX, una explosiva mezcla de jazz, rock, clasicismo y música tradicional cubana.
Socio de la SGAE, como su padre, cuenta con 249 obras registradas. Entre otros reconocimientos internacionales, ha sido ganador de ocho Premios Grammy y es Premio Nacional de Música de Cuba.
Agencia El Universal