
México.- En los últimos años, la participación de los empresarios en el entorno político pasó de grupo observador a un gremio activo que influye y cuestiona las acciones de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Alberto Espinosa Desigaud, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), consideró que esta transformación inició hace 13 años y dijo que ocho de cada 10 empleos se generan a través de las empresas.
“Ahora, nuestra voz se escucha más, porque en el pasado no participábamos, era muy poca nuestra sensibilidad, pero el peso que hoy representamos en el país, será de alto impacto siendo aliados de la sociedad para lograr propuestas que beneficien a todos”, comentó.
Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), dijo que se le entregó a todos los candidatos presidenciales propuestas y prioridades del sector.
Agregó que previo a los procesos de elección, durante y después de los comicios, trabajarán con los presidentes de los partidos y los legisladores que resulten electos para generar agendas comunes, señalando las coincidencias y prioridades previo al periodo legislativo.
Fernando García Chávez, presidente de la Coparmex Distrito Federal, aseguró que el gobierno no es más, el patrón del ciudadano. En tanto, Claudio X. González, miembro del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN), insistió en que la reforma electoral del 2007 no les convino puesto que vieron afectada su libertad de expresión.
¿Y la guerra sucia?
Previo al inicio de las campañas presidenciales de 2012, los empresarios han modificado su participación en el juego político que en 2006 se calificó como parte de la llamada “guerra sucia” en clara referencia y en contra de Andrés Manuel López Obrador, candidato del PRD.
En ese entonces, a través de varios spots pagados por el CCE, se decía que “apostarle a algo distinto es retroceder, defendamos lo que hemos logrado”, afirmando que en la década previa (controlada por un gobierno priísta y uno panista) el país había creado los mecanismos e instituciones necesarias para que cada día surjan más pequeños empresarios que puedan hacerse de un patrimonio y sacar adelante a sus hijos.
En su momento, José Luis Barraza, presidente del CCE descartó que la campaña hiciera referencia a alguien en especial y tratara de influir en por quién no votar (aunque los punteros eran Felipe Calderón y López Obrador). Defendió su accionar alegando que estaban en su derecho de libertad de expresión y dar a conocer su opinión.
Un sexenio después, la mecánica ha cambiado, la IP y López Obrador “hicieron las paces”, él les extendió su mano amiga invitándolos a la República del Amor y los empresarios le abrieron las puertas de las cámaras, confederaciones y cualquier organismo que les representara para conocer su proyecto de gobierno, aunque en más de una ocasión evitó participar en foros como el del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE) o el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés).
Con otro enfoque, Grupo Nacional Provincial (GNP) tomó la iniciativa con la campaña “Nuestro México del Futuro”, a través de la cual realizó el spot de los “Niños Incómodos” del cual Rosenda Martínez, responsable del proyecto lo consideró como un grito para que quienes toman las decisiones del país, actúen adecuadamente y tengan eco las necesidades de los ciudadanos que deben representar. “El objetivo es que como sociedad pedimos a los candidatos que hagan caso a nuestras necesidades y que actúen en consecuencia, pero esta campaña no se liga con lo hecho por la iniciativa privada en el pasado, sólo buscando opciones de hacer escuchar la voz de la gente”.
Especialistas
La participación de la iniciativa en el contexto de los procesos electorales del país, es calificada como aceptable por especialistas, aunque instan a realizarla con transparencia, equidad y sin considerarse los representantes de la sociedad.
Vidal Romero, profesor investigador del departamento de Ciencia Política del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), destacó que es positiva su participación, al igual que la de cualquier otro individuo en una democracia, pero son y deben ser representantes de si mismos pues tienen demandas específicas.
Al respecto, Gabriela Palaviccini, catedrática del Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe, consideró que, al ser el sector privado quien desarrolla la economía del país, es necesario el acercamiento para unir fuerzas y no dividirse como sucedió con Andrés Manuel López Obrador en los comicios de 2006.
Jorge Chabat, profesor e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), dijo que una de las cualidades de los empresarios-políticos es que no gastan, como sí lo hacen los políticos tradicionales, lo que no tienen, y eso ayuda a no quebrar las empresas públicas, aunque tampoco garantizan que serán buenos servidores públicos.
Contrario a la propuesta de adecuar la legislación para empresarios-políticos, pues ésta sería discriminatoria, por lo que sólo podría caber la posibilidad de proponer requisitos en puestos técnicos, como en Pemex o en la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Consideró que es positivo para el electorado saber qué empresarios, en el caso del eventual gabinete del candidato presidencial de la izquierda Andrés Manuel López Obrador, llegarían a las secretarías económicas.
López Obrador ha invitado a los empresarios norteños Fernando Turner y Adolfo Hellmund a encabezar, de ganar la elección de 1 de julio, las secretaría de Economía y Energía, respectivamente.
Agencia El Universal