Para reducir el impacto negativo en la salud o el medio ambiente que pudiera generar la liberación del mercurio contenido en los focos ahorradores, alumnos de Nivel Medio Superior del Instituto Politécnico Nacional (IPN) construyeron una máquina para reciclar sus componentes y obtener una ganancia a partir de un desecho tóxico.
Los estudiantes del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT-2) “Miguel Bernard” desarrollaron como proyecto de titulación la Recicladora de focos ahorradores bajo el nombre de Poli-Spotligh, con el cual obtuvieron el segundo lugar en el Vigésimo Cuarto Concurso Premio a los Prototipos 2014 del Nivel Medio Superior del IPN, en la categoría Diseño para la Industria.
Para reciclar los componentes del foco ahorrador como son mercurio, aluminio, vidrio y electrónicos, el prototipo consta de un módulo de control que dirige un recorrido con tres estaciones principales: en la primera se coloca el foco en una pinza, de ahí se traslada a una estación con un cilindro de doble efecto que cierra herméticamente y funciona como una bomba de vacío para extraer el gas; posteriormente se comprime el foco hasta que se rompe y los residuos caen en una licuadora que los tritura. Ahí se realiza un proceso de soplado y de extracción donde se deja el vidrio libre de mercurio.
“Una vez que son separados en contenedores diferentes el mercurio y el vidrio para su venta, a la última estación sólo llega la parte plástica del foco, el balastro y los componentes electrónicos que también son cuidadosamente separados”, explicaron Sergio Alejandro Alcántara García, Brian Alberto Juárez Montiel, Luis Bruno Martínez Robles y Osiel Mikhailov Chávez López, artífices del prototipo.
Los estudiantes de la carrera Técnico en Máquinas con Sistemas Automatizados, aseguraron que cada estación del prototipo está sellada herméticamente para evitar fugas de mercurio, porque para su construcción se basaron en las normas mexicanas NOM 007 y 026, las cuales se refieren a la cantidad y correcto uso del mercurio, además elaboraron un manual de operación.
Señalaron que durante los tres años de sustitución de bombillas eléctricas en el país, entraron a México un aproximado de 48 millones de focos ahorradores, de los cuales al menos 916 mil focos con cinco miligramos de mercurio, cada uno, han sido desechados sin tener ningún dato sobre su paradero y sin que exista un plan que garantice la seguridad de las familias que los tiran a la basura.
Advirtieron que inhalar los vapores suspendidos de mercurio puede producir algunos efectos negativos como irritabilidad, disturbios del sueño, temblores, problemas de coordinación, cambios en la visión o audición y pérdida de memoria.
También pueden perjudicar seriamente a un feto en desarrollo y ocasionar daños graves a la salud, dependiendo del grado de exposición al metal. “De ahí nuestra propuesta que brinda la posibilidad de recuperar estos materiales antes de que lleguen a los tiraderos y contaminen la atmósfera”, expresaron los jóvenes creadores.
Indicaron que durante su investigación buscaron empresas que ofrecieran maquinaria de reciclaje de focos ahorradores, pero sólo existen en Brasil y España. En México encontraron algunas que compran cada uno de los componentes por separado, de ahí que no descartan la posibilidad de iniciar un proceso de patente.
Los jóvenes politécnicos señalaron que éste es un problema que enfrenta todo el país, porque los focos ahorradores son exportados de China y su vida útil es de aproximadamente cuatro años, según el uso; por ello consideran urgente la implementación de políticas públicas y desarrollo de tecnología que atiendan este problema que acecha los hogares y el medio ambiente nacional.
INF./TELEFONO ROJO