Con o sin acuerdo nuclear, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, descarta la aproximación a Estados Unidos. Así lo ha manifestado este sábado durante su primera alocución después de anunciarse el pacto. Jamenei, que intervenía tras la plegaria que pone fin a Ramadán, el mes de ayuno de los musulmanes, reiteró su apoyo a los negociadores y evitó criticar los detalles del convenio alcanzado, manteniendo su habitual ambigüedad -según nota de El PAÍS-.
“Hemos dicho repetidamente que no negociaremos con Estados Unidos en asuntos regionales o internacionales; ni siquiera en asuntos bilaterales”, subrayó el hombre que tiene la última palabra en todos los asuntos de Estado en Irán. “Hay algunas excepciones como el programa nuclear que hemos negociado con los americanos para servir nuestros intereses”, precisó, según la traducción de PressTV que retrasmitió en directo su discurso.
Jamenei utilizó repetidamente la frase “tanto si el acuerdo se aprueba como si no”, dando a entender que el texto aún necesita la ratificación final. El gesto parece no obstante una forma de guardarse las espaldas ante la eventualidad de que surjan problemas en el Congreso estadounidense, que tiene dos meses para revisar el pacto. De todas formas, el líder no aclaró cuál será el procedimiento en Irán.
En principio, se supone que es el Consejo Supremo de Seguridad Nacional el encargado de revisar las 109 páginas y dar el visto bueno. Esa instancia, que preside el presidente Hasan Rohani, ha ayudado a Jamenei a pergeñar el acuerdo, por lo que su aprobación sería un trámite. Más controvertido puede resultar su paso por el Parlamento, que han pedido los diputados. Esa Cámara está dominada por los conservadores y cuenta con una nutrida representación ultra opuesta a la menor concesión.
Significativamente, Jamenei no se hizo eco de las críticas lanzadas la víspera, durante el rezo del viernes, por el ayatolá Mohammad Ali Movahedi Kermani, quien tachó de “insulto” las exigencias incluidas en el pacto. Eso hace pensar que su intransigencia hacia EE. UU., además de emanar de la profunda desconfianza que el líder siente hacia ese país, sea también una forma de tranquilizar a los más críticos y evitar que hagan descarrilar la decisión que va a marcar su legado como gobernante.
“Tanto si el acuerdo se aprueba como si no, nunca dejaremos de apoyar a nuestros amigos en la región y a los pueblos de Palestina, Yemen, Siria, Irak, Bahréin y Líbano. Incluso tras el acuerdo nuestra política ante la arrogante América no cambiará”, insistió Jamenei jaleado por una multitud que coreaba “¡Muerte a América!” y “¡Muerte a Israel!”.