Una exposición sobre las joyas de la historia de la ciencia ficción en la Biblioteca Británica saca a la luz la primera máquina del tiempo de la literatura, ideada por el español Enrique Gaspar y Rimbau en 1887 en su obra El Anacronópete (el que vuela contra el tiempo).
El libro de este diplomático español, amante de Julio Verne y autor de zarzuelas, se adelantó ocho años al del británico H.G. Wells, quien publicó La máquina del tiempo en 1895 y está considerado el padre de los artilugios para viajar en el tiempo, explicó Andy Sawyer, responsable de las colecciones de ciencia ficción de la Universidad de Liverpool y organizador de la muestra.
Desde mañana y hasta el 25 de septiembre, los visitantes de la biblioteca podrán contemplar la primera edición del libro de Gaspar, publicado en Barcelona, junto a otros tesoros literarios que conserva la famosa institución.
Así en sus vitrinas se exhibe, entre otros tesoros bibliográficos, un ejemplar de 1516 de la Utopía de Tomás Moro -obra escrita en latín cuyo título original era Del estado ideal de una república en la nueva isla de Utopía.
También figura una de las copias del Sidereus nuncius (El mensajero sideral) que Galileo publicó en Venecia en 1610 y cuyas imágenes de la Luna inspiraron la posterior literatura de viajes fantásticos al espacio.
La obra de Gaspar, casi desconocida hasta ahora, fue redescubierta recientemente por uno de
los trabajadores de la biblioteca de la Universidad de Liverpool, que inició las gestiones para adquirir el libro.
El hecho de que El Anacronópete nunca fuera traducido al inglés, apuntó Sawyer, es una de las razones por las que el autor no ha sido reconocido en el mundo anglosajón como el inventor de la máquina del tiempo.
La situación podría cambiar a principios del próximo año, cuando la editorial estadounidense Wesleyan University Press publique la primera traducción al inglés de la historia de Gaspar, en la que el inventor Sindulfo crea una máquina del tiempo que le transporta a tiempos lejanos como la Granada de 1492, la Roma de los gladiadores o, en la dirección contraria, al momento del fin del mundo.
Esta novela, junto con algunas historias escritas en China, demuestra que la ciencia ficción es un fenómeno global desde hace mucho tiempo, y no meramente anglosajón, como muchos piensan», indicó Sawyer.
El responsable de la exposición subrayó que el libro de Gaspar no se puede clasificar como una novela de fantasía, sino una historia de ciencia ficción, debido a que el autor elucubra sobre la naturaleza del tiempo y la mecánica de una imaginaria máquina para moverse a través de él.
El Anacronópete ideado por el diplomático madrileño es una caja de hierro fundido que navega gracias a la electricidad y mueve cuatro grandes cucharas mecánicas para desplazarse por el espacio.
Además de la maquinaria que describe el libro, Gaspar concibió una pócima bautizada como » fluido García «, que impide que los pasajeros rejuvenezcan en su viaje hacia atrás en el tiempo.
Gaspar sugiere en su novela que el paso del tiempo está relacionado con la atmósfera terrestre, por lo que su máquina vuela por encima de ella en dirección contraria a la rotación terrestre para viajar al pasado, una técnica imitada en repetidas ocasiones por superhéroes y otros » crononautas» de la historia de la literatura.
Agencia El Universal