Juan Gabriel nunca habló públicamente de su sexualidad. A lo largo de su carrera, varios entrevistadores y periodistas le preguntaron de forma sutil si era gay, pero él nunca dio una respuesta definitiva. La más famosa fue para el presentador de Univisión Fernando del Rincón, en una entrevista de 2002. “Lo que se ve no se pregunta”, dijo el intérprete con voz susurrante. Aunque la respuesta fue ambigua, el cantautor siempre ha sido considerado un ícono gay, asegura Ricardo Baruch, activista e investigador sobre temas de diversidad sexual. “Nunca aceptó serlo del todo, pero tampoco lo ocultaba”, dice a Verne vía telefónica. “Por muchas generaciones, los homosexuales en México pudieron verse reflejados en él y descubrir que ellos no eran los únicos”.
Las frases, la vestimenta y sobre todo, las canciones del Divo de Juárez han sido parte de la cultura LGBT mexicana desde finales de los setenta, cuando este inició su carrera, explica Genaro Lozano, politólogo y académico de la Universidad Iberoamericana. “Por la manera en la que desafiaba los roles de género en la televisión nacional, él representa un ícono del que la comunidad lésbico-gay se apropió sin su permiso”, comenta vía telefónica. “Juan Gabriel siempre envió un mensaje universal sobre el amor y el desasosiego pero al mismo tiempo cantaba y escribía canciones desde la perspectiva de un hombre con una sensibilidad feminizada y sobre el tormento de tener un amor inalcanzable, con el que muchos de nosotros nos identificamos”.
Para Lozano, la presencia de los éxitos del cantante entre la comunidad LGBT es innegable. “Juan Gabriel nunca fue a marchas gay, él nunca dirigió un mensaje en pro de la homosexualidad, pero su música se escucha en las marchas y se canta a todo pulmón y con orgullo en los antros gay. Las drag queens que la imitan en bares y espectáculos cantan sus canciones, que se han convertido en sus himnos”.
Una de ellas es Noa Noa, sobre el bar de Ciudad Juárez del mismo nombre, que él describe como “un lugar de ambiente, donde todo es diferente”. Luis Guzmán, vicepresidente de Codise, organización LGBT en Jalisco explica: “En los ochenta y noventa cuando no podías decir que alguien era gay decías que era alguien de ambiente, actualmente así se le dice a muchos antros y bares gays. El Noa Noa no era uno de ellos como tal, pero sí era un punto de reunión de trabajadoras sexuales y gente homosexual donde había más libertad para ser tú mismo, era un lugar libre de prejuicios”.
A pesar de su imagen y las letras de sus canciones, el cantautor gozó durante buena parte de su carrerade una popularidad innegable en una sociedad en la que aún persiste la homofobia. “Los prejuicios que han existido desde que inició su carrera no evitaron que alcanzara la fama y la aceptación del público, yo lo considero un fenómeno social”, agrega Guzmán. Pero esto tiene una explicación, de acuerdo con el activista: “Esto refleja la doble moral mexicana sobre la homosexualidad. Es la clásica frase, Yo tengo amigos gay, a mí no me molesta que sean gays, siempre y cuando no se besen enfrente de mí o se quieran casar”.
Para Ignacio Lozano, psicólogo e investigador sobre temas de género de la UNAM, esta contradicción es común en México y otros países de América Latina. “Es un esfuerzo por mantener cierta imagen familiar e individual basada en ciertas normas”, explica vía telefónica. Para mantener ese orden existe el secreto a voces, el lo que se ve no se pregunta o el si no me preguntas, yo no te digo. Esto permite el funcionamiento de la familia y la sociedad bajo el orden tradicional. Cuando alguien admite su homosexualidad y la verdad sale a la luz existe una disrupción de ese orden”.
Aunque Juan Gabriel no tuvo una relación pública con la comunidad gay, el cantante contribuyó a una mayor aceptación de la diversidad sexual en México, asegura Genaro Lozano. “Juan Gabriel compartió una reflexión sobre de su sexualidad cuando dijo lo que se ve no se pregunta”, agrega. “Lo hizo en una época en las estrellas de su nivel temían admitir o demostrar su homosexualidad por miedo a perder contratos o fans. Todavía hay muchos que lo ocultan, pero casos como el de Ricky Martin nos habla de que existe un cambio enorme. Algunos considerarán esa frase de Juan Gabriel como un acto de valentía, otros siguen creyendo que quedó a deber una respuesta más contundente”.
inf./Tiempodigital/Con información de Agencias