La cantante mexicana Paulina Rubio y su exmarido, el español Nicolás Vallejo Najera «Colate», se vieron hoy las caras durante tres horas en un tribunal de Miami, en donde una jueza los llamó a «comunicarse mejor» por el bienestar de su hijo Andrea Nicolás.
En la audiencia ante la jueza de familia Valerie Manno, tanto Rubio como Vallejo Nájera buscaban que la magistrada sancionara a su contraparte por cuestiones de documentos y por incumpir con horarios y fechas en las entregas del menor.
Pero la jueza les dijo que no sancionaría a ninguno de los dos y les conminó a poner más atención en el menor, que va mal en la escuela -entre otras cosas- por algunas ausencias.
«Colate» se quejó de que muchas veces tiene que comunicarse a través de una tercera persona para tratar estos asuntos de su hijo, lo que dificulta la comunicación.
La audiencia se produjo luego de que Vallejo Nájera pidió al tribunal que sancionara a su exesposa por no entregarle a tiempo a su hijo durante las pasadas fiestas navideñas.
Al final de la audiencia Paulina, en un gesto de nobleza, quiso hacer las paces con su exesposo y «le plantó» un beso en la mejilla, sin respuesta del ibérico.
Vallejo Nájera dijo que no creía que el beso hubiera sido sincero. «¡Claro que no!, no estaríamos aquí», expresó el empresario a periodistas a las afueras de la corte al señalar que a Rubio «le gusta el circo».
Sobre la mejor comunicación que les pidió la jueza, el español señaló que «llevo cinco anos intentándolo». La expareja se divorció en 2012, tras cinco años de matrimonio, en el cual procrearon al pequeño Andrea Nicolás.
inf./Notimex