La guerra contra el narco a través de la poesía de Boullosa

La tragedia mexicana de todos los días, los decapitados y ajusticiados que se suman a los miles de personas asesinadas en la guerra contra el narcotráfico orillaron a la escritora Carmen Boullosa a reaccionar; lo hizo a través de un largo poema que en alguna de sus partes dice: “Atrás de las ventanas, aúlla la Patria, la escucho hasta aquí,/ donde llegué, aunque no fuera huyendo de su dolor./ Patria es una loba herida./ Es la leona privada de un cachorro./ Es las decapitaciones,/ las cabezas trocadas que no cicatrizan en tronco ajeno,/ los tórax que no retoñan,/ los dedos mutilados para fungir de papeletas de cobranzas./ Es la puja sin parto. Es el oro que se pudre:/ es un soldado en cada hijo te dio)…”.

La colaboradora de EL UNIVERSAL asegura en entrevista que este largo poema titulado La patria insomne -publicado en México por Poesía Hiperión-, es como un espejo íntimo en el que se ve la catástrofe y la imagen es tan terrible que el espejo se rompe. “Es un solo poema dividido en estas partes y de distintos tamaños”.

Para contar el dolor y la desesperanza de la patria, y plasmar la ansiedad exasperada con la que sigue las noticias de la prensa mexicana desde Nueva York, donde vive parte del año, Carmen Boullosa recurrió a “esa casa que nadie puede tocar que es nuestra tradición literaria, Ramón López Velarde, José Gorostiza, Manuel José Othón, todo el capital acústico literario que abrevé de niña y de jovencita”.

Sobre todo se apoyó en López Velarde con su Suave Patria porque ella “no podía hablar ni articular nada”, pero él con su patria muy doliente le ayudaba a darle una visión de la patria actual que tiene una dimensión muy internacional y global. “A nuestro país, por su situación geográfica, el narco le cayó en el regazo y nosotros hemos sido proveedores fantásticos con la opacidad, la ineficacia en nuestros sistema jurídico, la corrupción, la ineptitud estatal, los malos planes de combate, el ejército en las calles”.

Canto de dolor y desesperanza

Ese poema que habla de la patria, de insomnio, sueño, vigilia, guerra, violencia, sopor, batalla, drogas y armas, lo escribió sin entender, motivada por el dolor de ser testigo de la catástrofe que ha vivido el país.

Pero dice que con el tiempo le ha ido dando una explicación racional, tratando de entender el fenómeno. “Cuando escribí el poema no entendía nada, simplemente era mi azoro y mi horror ante algo que no conseguía articular ni dejar de pensarlo, aún no puedo porque cuando el libro fue publicado, en diciembre, había 40 mil cadáveres, ahora tenemos 70 mil. ¿Cómo puede ser que en cinco meses tengamos 30 mil muertos más que son nuestros y están en nuestra casa?”.

La poeta y narradora nacida en 1954 afirma que no quiso hacer una mitología de la catástrofe, que hubiera preferido no encontrar el tema ni escribir el poema, pero no pudo y lo escribió con su voz “porque siento en lo más intimo de mi persona que mi casa está rota y es una fractura de la que yo, Carmen Boullosa, personalmente no puedo reponerme y no sé si jamás podré; mi México imaginario está roto también y mi México imaginario es mi raíz, es mi casa y es mi sentido”.

A cambio sabe que cualquier poema hace humano, que cada vida humana es única, contrario a lo que dice el orden económico mundial que piensa que todos las personas son desechables. “Mi poema dice que cada vida es irremplazable, que cada instante tiene sentido… Sé que es muy difícil hablar del yo cuando es una catástrofe colectiva, pero escribí el poema desde ese yo unido a la desesperanza colectiva”.

Carmen Boullosa es consciente que la tragedia sigue pero ahora ve una esperanza en este oscuro túnel, esa luz de los estudiantes del movimiento #YoSoy132. “Ellos están diciendo que hubo dos generaciones desechables, pero nosotros no, a la nuestra no la sacrifican”.

Agencia El Universal