
Siempre se dijo perseguido político y objeto de una campaña orquestada desde Los Pinos para desacreditar al PRD acusándolo de ser parte de La Familia Michoacana.
Convenció a su partido con esos argumentos y lo arroparon. Aun así, Julio César Godoy Toscano permaneció oculto hasta el pasado 23 de septiembre, cuando asumió la diputación federal luego de ingresar de manera subrepticia al Palacio Legislativo de San Lázaro ayudado por sus correligionarios Guadalupe Acosta Naranjo, José Narro Céspedes y Alejandro Encinas.
Sobre él pesaban cargos relacionados con delincuencia organizada. Por ello fueron asignados 120 agentes federales en los accesos de la Cámara de Diputados, para detenerlo en caso de que intentara asumir el cargo y, por ende, lograr fuero constitucional que impidiera su captura.
Mediohermano del gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, rechazó las acusaciones en su contra, e incluso consiguió que un juez le otorgara un amparo que desactivó su detención por los delitos que se le imputaban.
Aun así, la SSP y la PGR siguieron investigándolo y aportando evidencias que lo vinculaban con La Familia Michoacana.
El 14 de octubre, se difundió en medios electrónicos una grabación en la que Servando Gómez Martínez, La Tuta, uno de los líderes de La Familia Michoacana, presuntamente sostiene una conversación con Godoy Toscano, a quien le ofrece respaldo para ganar una elección.
En respuesta, el michoacano aseguró que el gobierno federal lo acechaba con fines políticos, pero no desacreditó la plática o que fuera su voz.
La divulgación de la charla fracturó el apoyo que el PRD le había dado. Horas después, la secretaria general de ese partido, Hortensia Aragón, declaró que “lo que corresponde es que (Godoy Toscano) pida licencia y se someta a la defensa legal de su caso como cualquier ciudadano y defienda su dicho”.
Godoy Toscano saltó a la política de manera formal en 2004, cuando fue designado síndico del ayuntamiento de Lázaro Cárdenas, donde se desempeñaba como empresario gasolinero y de algunos establecimientos del ramo de los préstamos prendarios.
En abril de ese año, se hizo cargo del gobierno municipal, luego de que su titular, Manuel Santamaría, dejó el cargo acusado de corrupción.
Al término de su gestión formó parte del Consejo Estatal del PRD y jugó un papel activo en la campaña de Leonel Godoy, cuando éste buscaba la gubernatura del estado.
Godoy Toscano logró la diputación federal por el Distrito I —con cabecera en Lázaro Cárdenas—, al conquistar cerca de 27 mil sufragios; sin embargo, no acudió ni a su cierre de campaña ni a depositar su voto el día de las elecciones.
Cuando asumió el cargo de diputado, aseguró que las acusaciones en su contra eran parte de una estrategia del Ejecutivo federal, y calificó de “inverosímil” que se le acusara de ser parte del crimen organizado tomando en cuenta el testimonio de un presunto testigo protegido.
“No soy ningún delincuente”, dijo el día de su toma de protesta, y calificó de una “tontería que inventó el gobierno federal”.
Ese 23 de septiembre recorrió San Lázaro e incluso se le vio desafiante al pasar sonriente junto a elementos policiacos que resguardaban el recinto.
Pero su historia cambió de manera radical luego de que el pasado 14 de diciembre la Sección Instructora de San Lázaro aprobara por unanimidad el dictamen de 86 fojas para separarlo del cargo y retirarle el fuero, a fin de que enfrentara sin inmunidad procesal las acusaciones de vínculos con el crimen organizado, delitos contra la salud y lavado de dinero que le imputa la PGR.
La perredista Mary Telma Guajardo, quien respaldó en un principio a Godoy Toscano, dijo que su bancada decidió apoyar el desafuero en función de los “tiempos difíciles” que se viven en Michoacán.
“El PRD, bajo ninguna circunstancia y bajo ningún motivo permitirá que se siga dudando de su honorabilidad ni de la del grupo parlamentario: ¡Nos deslindamos completamente de cualquier relación con el crimen organizado!”. Así se acabó el apoyo del sol azteca a Godoy Toscano, quien hoy es buscado también por la Interpol.
Agencia El Universal