La neta, yo sí beatificaría a Felipe

Antes de que me linchen cual Bravo Mena a un homosexual, me explico.

Resulta que después de salir rotundamente desilusionado de mi clase de Matemáticas (digamos que Encinas y su servidor tienen algo en común, no subieron en las encuestas), me dispuse a enajenarme de mi realidad inmediata leyendo nuestras tragedias y surrealismos nacionales. En ese sacro y decadente rito, me enteré de la noticia de la aprobación de Beny XVI (el Papa, pues) para beatificar a nuestra comanche, carnalita y especialmente monjita, Emanuela de Jesús Arias, ya que nuestra connacional tuvo la buenacopés de hacerle un milagrito a alguien.

Tan buena noticia me llevó a recordar a uno de los religiosos que más admiro y respeto; el Hermano Marista Basilio Rueda Guzmán, cuya causa para llegar a los altares ya lleva sus años y nomás no pasa del rango “Siervo de Dios”, lo cual es como un Santito Región 4. Aprovecho el comercial para pasarles el chisme de que el carnal Basilio siempre le recomendaba a sus alumnos y cercanos “Quemar la vida”, entendiendo dicha frase como entregarse siempre al encuentro con el otro, darse a sí mismo en cuerpo y alma y tener fe en que el amor a Dios y a nuestra Buena Madre es capaz de vencer cualquier adversidad. Me duele terriblemente ver como los miles de sicarios que rondan nuestro país han tergiversado el “Quemar la vida”.

Pero bueno, regreso. El punto es que también me puse a pensar que, si ya nuestro Felca querido anda en plan de que él es el rayo de esperanza que ha hecho renacer a nuestro México de entre sus cenizas, pues deberíamos también empezar a considerar ponerlo en nuestros altares, puesto que nos ha orillado a apreciar todos los milagros cotidianos que antes nos valían cacahuate.

Hoy como nunca valoramos ver a nuestros familiares que viven en otras ciudades, especialmente a los de los estados fallidos del Norte, Sur, Este y Oeste (¡gulp!); cada vez nos sentimos más afortunados por no haber sido detenidos en nuestro andar por la vida por cualquiera de los retenes de la muerte que imperan por todas partes; hoy no hay momento en el que no le agradezca a Dios me siga dando la oportunidad de ver a los ojos a mi dama (ella aún no sabe que es mía, pero es un detalle menor) sin que las balas se interpongan entre su vida y la mía; en resumen, cada día que pasa agradezco no ser una baja colateral.

Gracias Felipe por hacerme apreciar cada instante de mi vida, te prometo en un futuro no ser de los malagradecidos que andarán promoviendo el juicio político a tu persona por lesa humanidad, al contrario, mandaré mi testimonio al Vaticano sobre cómo me brindaste el milagro de apreciar la vida.

Bueno, me voy comanches, ya que a diferencia de Encinas, su tehuano del mal todavía puede levantar en las encuestas (de mi clase de Matemáticas).

Clase Política: No te importamos, no nos importas. ¡2 de julio votamos en tu contra! XXVI

Pd: Ya tengo twitter, no sean gachos y síganme. @Rudotron

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