En un singular detalle que refuerza la impresión de peculiaridad en torno a su persona y su formación, Zuckerberg recurrió a un amigo para que le enseñara cómo ser un CEO.
Mark Zuckerberg tiene fama de poseer una personalidad, por decir lo menos, peculiar, impresión que se refuerza siempre que salen a la luz pública detalles de su vida cotidiana o de su curiosa formación personal.
Este el caso de la manera en que el creador de Facebook aprendió a ser un directivo, un CEO (según la jerga en boga). Zuckerberg no lo era antes del triunfo de su proyecto pero, de acuerdo con una de las circunstancias más propias de nuestra época, se descubrió un día con el perfil exacto de uno de estos gerentes. ¿Cómo actuar en consecuencia?
Para saberlo, Zuckerberg escribió al director ejecutivo del Washington Post, Donald Graham, amigo y maestro suyo, diciéndole: “Soy un CEO ahora y quisiera seguirte a todos lados y ver lo que haces”. Graham aceptó y tuvo en el muchacho una segunda sombra que lo acompañó a todas las actividades propias de su posición.
Un singular caso de programación mental con el que Zuckerberg cargó el software necesario para saberse mover por esa otra red hecha de negocios, intereses, inversiones, negativas y ventajas que es el llamado mundo de los negocios.