
El panorama luce cada vez más difícil para el rescate de Mexicana de Aviación. El esfuerzo de encontrar al mejor grupo de inversionistas se antoja inútil conforme pasa el tiempo; por eso, Javier Lozano Alarcón, secretario de Trabajo y Previsión Social, dice que de no encontrar una solución pronto —en menos de cuatro meses— será inevitable declarar la quiebra de la aerolínea.
El funcionario federal reconoce que Nuevo Grupo Aeronáutico (NGA) atraviesa por una delicada situación, que se agrava por la carga de pasivos, y que dadas sus características “el escenario más factible es la quiebra”.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Lozano Alarcón rechaza ser el encargado de vigilar que la reestructura de Mexicana llegue a buen puerto, y ubica en el conciliador del concurso mercantil, Gerardo Badín, al único responsable de que el proceso avance y concluya de manera satisfactoria.
Agrega, sin embargo, que independientemente del resultado final, él tendrá la conciencia tranquila por haber puesto lo mejor de sí mismo para que la aerolínea regrese a volar.
“Yo diría que la gran responsabilidad de este gobierno es estar haciendo todos los intentos por facilitar al conciliador. Ojo, el responsable del proceso es el funcionario conciliador, designado por el Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles, a propuesta de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, porque es una concesión de servicio público, pero que depende de un juez, no del gobierno”.
Si en uno o dos meses no hay claridad en el proceso, dice el secretario, o en unas cuantas semanas ninguno de los grupos de inversionistas acredita con solvencia las capacidades que se deben cumplir, el propio conciliador tendrá que pedir la quiebra. La razón es una: los trabajadores están en el peor de los mundos, ni tienen el empleo, ni se les liquida con base en el nuevo proyecto, ni con base en la quiebra.
Desde el piso 16 de Reforma 93, Lozano Alarcón destaca que los 220 millones de dólares que se estimaron necesarios para rescatar a Mexicana se quedaron cortos y ahora el grupo de inversionistas que pretenda echar a volar a la aerolínea deberá contar con un capital inicial de 250 millones de dólares.
Pero, además del capital, cualquiera de los cinco grupos de inversionistas que se ha acercado al conciliador Badín Cherit deberá presentar un plan de negocios realista.
“Un plan de liquidaciones que no reconozca pasivos laborales conforme al contrato colectivo del trabajo no lo aceptaríamos, y desde luego los nuevos contratos colectivos y las nuevas contrataciones se van a tener que ajustar a los mínimos de la ley”.
Lozano Alarcón se dijo molesto por la falta de seriedad por parte de PC Capital que abandonó la inyección de recursos en la empresa, aunque destacó que nadie salió defraudado, porque no se vendieron boletos ni se terminó con un solo contrato individual o colectivo de trabajo, además de que no se firmó un convenio concursal, ni se otorgó el certificado de operador aéreo.
¿Dónde se quedó el dinero?
Yo creo que venía nadando, me dijeron que en 48 horas, y yo les dije: tienes una fecha límite que vence el martes, si no cumples (al menos así se lo dije a Pablo Coballasi), si por lo menos no pagan las acciones de Tenedora K hoy, quedará demostrado que no tienen la capacidad financiera, y ocurrió.
Entonces, si no tuvieron para comprar siquiera las acciones, probablemente iban a pasar 48 horas y el dinero ya estaba aquí, pero igual podían pasar 48 semanas y si hubiéramos seguido esperando, entonces sí caeríamos en una irresponsabilidad.
Mayor certidumbre
El secretario Lozano considera que luego de tres fracasos por rescatar a Mexicana (Tenedora K, IXE y PC Capital), ahora hay mayor certidumbre de obtener éxito. “Ya está listo todo. En noviembre no teníamos nada y hoy tenemos los acuerdos con acreedores, los convenios con los sindicatos, el plan de liquidaciones y el preoperativo, es decir, hoy se tiene la mesa puesta, pero debe quedar claro que sin dinero no hay proyecto, y sin capital no hay futuro”.
Agencia El Universal