La Ruta de la Seda, la legendaria vía por la que durante siglos transitaron caravanas que llevaban y traían productos de Oriente y de Occidente, fue asimismo un corredor por el que se transmitieron ideas, conocimientos y también los fundamentos del budismo y el islamismo. Este apasionante viaje a través de áridos desiertos y montañas de nieves eternas empezaba y terminaba en Xian, la antigua Chang’an, que fue ciudad imperial antes de ceder la capitalidad a Beijing (Pekín).
El Xian de hoy en día conserva entre sus altas murallas de época Ming (siglo XIV) numerosos edificios históricos, como la Gran Mezquita del barrio musulmán y dos imponentes torres defensivas. Extramuros se extienden diversos templos budistas, entre los que sobresalen las pagodas de las Ocas y el templo de los Ocho Inmortales. A este último se llega a través de una calle que acoge un próspero mercado de reliquias e imitaciones en el cual pueden verse desde fósiles, esculturas de Buda y bustos de Mao Zedong hasta monedas antiguas.