Las más altas cordilleras del mundo albergan espectaculares lagos que han sido formados hace miles de años por antiguos glaciares que los cambios climáticos han hecho desaparecer creando depresiones. Merece la pena embarcarse en un crucero y surcar las aguas puras de estos lagos para observar sus peculiaridades y deleitarse con su maravilloso entorno.
El Parque Nacional Banff, en el corazón de las Rocosas canadienses, tiene entre sus muchos atractivos el Lake Louise.
Sus aguas de color azul lechoso, las paredes glaciares y los bosques que lo rodean forman una de las imágenes más bellas que se puedan contemplar.
Sus dimensiones tampoco son desdeñables: 2,5 kilómetros de largo y 90 metros de profundidad. Cerca se halla el lago Morraine con sus aguas azul profundo y los magníficos paisajes del Valley of Ten Picks.