Liberan tortugas marinas en Quintana Roo

Quintana Roo.- Inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), en coordinación con elementos del H. Cuerpo de Bomberos del municipio de Solidaridad, liberaron en Quintana Roo 14 tortugas marinas de diferentes especies que, en meses pasados, habían sido rescatadas en varias playas de las costas de la entidad.

Se trata de siete tortugas carey (Eretmochelys imbricata), seis blancas (Chelonia mydas) y una caguama (Caretta caretta), todas ellas en peligro de extinción y, por lo tanto, se encuentra terminantemente prohibida su captura, ya sea para aprovechar su carne y caparazón o para comercializar sus huevos.

“En general, las 14 tortugas estaban en aparente buen estado físico cuando fueron rescatadas. Sin embargo, al ser examinadas detenidamente por los médicos veterinarios, se encontró que tenían algunas lesiones”, informó el Delegado de la PROFEPA en Quintana Roo, Biól. Guy Adrián Piña Herrera.

Por lo anterior, el funcionario ordenó que los quelonios fueran llevados a un parque recreativo que cuenta con personal e instalaciones adecuadas para cuidarlos, alimentarlos y rehabilitarlos.

Explicó que dos tortugas presentaban heridas en las aletas, del tipo que producen los ataques de depredadores; inclusive, una no tenía la aleta derecha. Por otro lado, en ninguna se detectaron indicios de lesiones derivadas de la interacción con humanos; es decir, cicatrices provocadas por el uso de redes, anzuelos o arpones, aunque sí signos de cansancio y deshidratación severa, anorexia y traumatismo.

“De modo que después de que estuvieron en rehabilitación durante más de cuatro meses, y una vez valoradas por los especialistas, se determinó liberarlas y reintroducirlas a su hábitat natural, al observar que están totalmente recuperadas de sus heridas, que están en condiciones de convivir con ejemplares de su especie y que pueden valerse por sí mismas para alimentarse”, agregó Guy Adrián Piña Herrera.

La liberación de las 14 tortugas se realizó aproximadamente a cinco kilómetros de la costa, en presencia de inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.