
Recibir los tres premios que condecoran a los mejores jugadores en una Copa del Mundo, sin importar genero o categoría es poco común, por lo que los integrantes del Tricolor Sub-17 solicitan valorar lo realizado durante el torneo, en el que se coronaron en el Azteca.
Julio Gómez [Balón de Oro], Jorge Espericueta [Balón de Plata] y Carlos Fierro [Balón de Bronce] fueron condecorados como los mejores del Mundial Infantil México 2011.
«Es algo muy bonito para mi carrera haber recibido este premio, la verdad es que no me lo esperaba», comparte el carismático volante del Pachuca. «Me dieron el de Mejor Jugador, pero todo se debe a la gran labor en equipo».
Humildad que es compartida por los otros dos futbolistas que sobresalen en el exitoso grupo dirigido por Raúl Gutiérrez.
«Algunos nos tocó que nos dieron eso [los premios], pero la realidad es que lo merecemos todos», sentencia Espericueta. «Lo que me da gusto es que con esto también quedó demostrado que fuimos el mejor equipo del torneo, porque nos coronamos y ganamos los siete juegos que tuvimos [durante toda la competencia]».
Carlos Fierro es más escueto en su análisis. Hombre de pocas palabras, el goleador se une a las loas hacia el desempeño colectivo de un equipo que tiene en el conjunto a su mejor «jugador» en la cancha.
«Estamos muy contentos por haber obtenido, lo que soñábamos», atina a decir el ariete. «Obtuvimos los tres premios a los mejores jugadores, pero lo más importante es que nos llevamos la Copa a casa».
Gómez, uno de los estandartes del mini Tri se resiste a asumir públicamente ese rol, por más que la afición y los propios críticos le otorguen un lugar especial entre los hoy campeones del mundo.
«Soy uno más del equipo, porque así es como hemos trabajado y eso nos ha inculcado el profesor desde que iniciamos los entrenamientos», comparte el bajito. «Aquí, no interesa quién gane, este o aquel premio; lo trascendental es que pudimos obtener la Copa que tanto queríamos».
Abiertos a emigrar
La actuación de la tercia de figuras en la Selección Nacional Sub-17 las ha colacado en la palestra internacional.
Algunos clubes europeos ya los siguen de cerca, pero ellos se esfuerzan en matener los pies sobre la tierra, pese a ser pretendidos en ligas de alto nivel, les seduce.
«Hay que esperar. Por supuesto que me gustaría jugar en Europa, pero primero debemos pensar en lo que va a pasar en los próximos días», ataja Gómez, quien es respaldado por Fierro: «¿A quién no le gusta le idea de ir a un gran futbol?», finaliza.
Agencia El Universal