La belleza de la escultura mexica de la Coyolxauhqui no podría entenderse sin el conocimiento derivado de los estudios realizados por diversos especialistas, como el de reconstrucción cromática hecho por un equipo de investigadores, del que formó parte la historiadora del arte Lourdes Cué Ávalos, quien falleció este viernes 22 de enero. Dicho trabajo permitió identificar los cinco colores que presentaba el monolito de la diosa lunar en la época prehispánica.
El trabajo de la investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en el que laboró más de 20 años, permitió revelar que los tonos rojo, ocre, blanco, negro humo y azul maya formaron parte de la porosidad de la piedra de andesita rosada, descubierta el 21 de febrero de 1978 en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México.
En el ciclo de conferencias “Treinta años de Coyolxauhqui y el Proyecto Templo Mayor”, efectuado en 2008, Lourdes Cué explicó que tales colores se localizaron en los detalles como los pezones azules, los manchones de rojo sangre en el tórax, el ojo enrojecido, en los códices y en el penacho azul de la diosa Coyolxauhqui.
Derivado de este estudio, hecho junto con los investigadores Fernando Carrizosa y Norma Valentín, la especialista también determinó tres valores iconográficos en la deidad lunar de Tenochtitlan: los caracoles que adornan sus tobilleras, que son emblema de los guerreros muertos y asociados al sacrificio y a entidades como el sol.
Otro es el tocado azul, color del cielo diurno y ámbito de Huitzilopochtli, y un tercer elemento son las falsas coralillos del cuerpo anillado atadas en diversas partes del cuerpo de la diosa.
Lourdes Cué formó parte del INAH desde 1992, y a partir de 1996, y hasta el momento de su muerte, se desempeñó como coordinadora de Publicaciones en el Museo del Templo Mayor. En este ámbito dedicó gran parte de su vida profesional al cuidado de los procesos de la edición de textos de investigación científica, catálogos de exposiciones y libros conmemorativos del recinto museístico.
De 1997 a 2009, coordinó el Archivo Arqueológico del Proyecto Templo Mayor, así como el acervo bibliográfico e implementación técnica del Centro de Estudios Teotihuacanos (1992-1994).
Sobresalió por su labor creativa y puntual en el diseño e ilustración de publicaciones notables como La piedra del Sol; Calendario azteca y Arqueología del México Antiguo, de Eduardo Matos Moctezuma, además de la obra de Luis González Aparicio (sobre iconografía de la región de Tenochtitlan) y 100 años del Templo Mayor. Historia de un descubrimiento.
La especialista también fue curadora de exposiciones temporales, entre ellas: Proyecto Templo Mayor, 20 años (1998) en el Museo del Templo Mayor, y co-curadora junto con Eduardo Matos Moctezuma y Marcos Límenes, de la muestra permanente para la reapertura del Museo de la Ciudad de México (2004).
Entre los catálogos de exposiciones arqueológicas que coordinó, sobresalen: Camino al Mictlan (1997), La cultura mezcala y el Templo Mayor (2003), Ofrendas de conchas, tesoros de fertilidad (2004), Sacrificios de consagración en la Pirámide de la Luna (2006) y Arqueología en El Cajón, Nayarit (2006).
Lourdes Cué también se desempeñó en el Instituto Nacional de Bellas Artes, de 1979 a 1987, donde se encargó de la difusión de las actividades del Conservatorio Nacional de Música, la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, la Escuela Superior de Música, las escuelas nacionales de Danza, de Artesanías, y de Teatro, y los centros educativos dependientes de la institución, así como los centros de investigación artística, como el Centro Nacional de Investigación,
Documentación e Información de Artes Plásticas. Fue titular de la Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas, y ayudó a conformar el Patronato del Conservatorio Nacional de Música y la Escuela de Laudería.
En el Museo Nacional de Arte, de 1980 a 1983, revisó el estado de conservación y resguardo de las obras que formaron la colección con la que fue fundado el recinto.
En el ámbito docente, en la década de los ochenta impartió cursos sobre Arte azteca e Historia general del arte prehispánico, en la Universidad Iberoamericana, casa de estudios de la cual egresó como licenciada en Historia del Arte, subsistema Arte Prehispánico, en 1980.