Luis de Tavira, uno de los directores más reconocidos en la historia de la escena teatral mexicana, celebra el 1 de septiembre su cumpleaños 67, en un momento de madurez creativa y una suma de experiencias, sabiduría y lucidez, resultado de más de cuatro décadas de trayectoria.
En esto coinciden creadores escénicos y actores que han tenido la oportunidad de trabajar a su lado en alguna de sus más de 70 puestas en escena o que han recibido sus enseñanzas y legado.
“Como director es exigente, busca claridad, ser entendido y sembrar en los actores esa semilla de por qué y para qué tenemos que hacer teatro, qué función tiene. Eso nos da una perspectiva y una grandeza muy fuerte”, aseguró el actor Roberto Soto, quien ha sido dirigido por Luis de Tavira en obras como El círculo de cal y El jardín de los cerezos.
También destacó su capacidad para percibir en los actores ese mundo misterioso que después se despliega de manera formidable en un escenario, además de su entrega y compromiso con un arte vivo que reúne a la comunidad para convertirla en espectadora de sí misma.
Para el director de escena Hugo Arrevillaga es difícil entender el teatro mexicano, hoy por hoy, sin pensar en la figura del Luis de Tavira. Por ello, aseguró que en estos tiempos necesitamos de artistas como él, con esa lucidez, esa escucha, esa generosidad y ese sentido de construcción en favor del arte.
“Tiene una visión comprometida, apasionada, inteligente, cálida del teatro y eso evidentemente para la generación de la que soy parte ha hecho que veamos su trabajo como algo que nos nutre constantemente en un sentido de reflexión profunda”.
Consideró que todo el discurso escénico que se desarrolla en la actualidad y la postura que los hacedores de teatro tienen frente a las circunstancias que se viven están permeadas en gran medida por el camino que Luis de Tavira y otros grandes maestros como Ludwik Margules, Julio Castillo, entre otras figuras del teatro mexicano, que ponen su labor y su visión sobre el trabajo escénico.
Arrevillaga, quien ha participado como director residente en la Compañía Nacional de Teatro (CNT), encabezada por Luis de Tavira, reconoció la apertura y el respeto que el ganador del Premio Nacional de Bellas Artes 2006 ha tenido con jóvenes directores a los que ha sabido acompañar a partir de una libertad creativa.
“Se necesita de mucha sabiduría para abrirle paso a las nuevas generaciones y alentar el espíritu creativo, no detenerlo, no obstaculizarlo. Es un sentido de una generosa pedagogía artística la que él tiene frente a las nuevas generaciones de escucha profunda, de mucho respeto y no es fácil encontrarse con algo así”.
En el caso del actor Óscar Narváez el encuentro con Luis de Tavira representó la elección del teatro como una forma de vida y el descubrimiento de nuevas posibilidades actorales.
“No había tenido la oportunidad de trabajar con él hasta que ingresé a la CNT y ha sido muy alentador encontrarme en este momento de su plenitud artística. Para mí ha representado cosas verdaderamente importantes frases que nos dice como: Uno no elige al teatro, sino que el teatro lo elige a uno”.
Señaló que para nadie es un secreto que estamos ante uno de los grandes maestros del teatro en nuestro país y su conocimiento y sabiduría aplicada al trabajo artístico permiten a los actores crecer y dimensionar sus capacidades personales.
“Cuando hay la claridad y generosidad artística de un maestro como él, produce en nosotros una facilidad, una recreación y un gozo por hacer lo que estamos haciendo”, dijo el miembro del elenco estable de la CNT.
Luis de Tavira nació el 1 de septiembre de 1948 en el Distrito Federal. Entre sus recientes montajes destacan Siete puertas, de Botho Strauss (2000); Santa Juana de los mataderos, de Bertolt Brecht (2001); La dama boba, de Lope de Vega (2004); La expulsión (2011), y en este 2015 El infierno, lectura a 11 voces.
Cabe señalar que en 2006 Luis de Tavira recibió la máxima distinción que otorga el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, la de Creador Emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte, reconocimiento que ha permitido a los máximos representantes de la cultura en México la realización de obras de excelencia, mismas que han impactado de manera significativa en el desarrollo social, cultural y educativo del país.
Además de dirigir más de 70 puestas en escena, de las cuales realizó 21 estrenos con apoyo del Fonca, entre los que se encuentran: Felipe Ángeles, La honesta persona de Sechuan; Traición y El director de teatro, entre otros, tanto en México, como en Estados Unidos, Italia y Canadá, De Tavira ha desarrollado una labor docente en instancias como el Instituto Nacional de Bellas Artes, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Iberoamericana.
Fundador del grupo Teatro Taller Épico de la Universidad Nacional Autónoma de México, ha sido director de La Casa del Teatro y del Centro Dramático de Michoacán, en Pátzcuaro, y ha participado en encuentros internacionales, como el Festival Teatro de las Naciones Bitef, Holland Festival y Festival de Teatro de las Américas.
Actualmente es director de la Compañía Nacional de Teatro (CNT) del INBA/Conaculta, asociación de artistas, trabajadores, promotores y espectadores de las artes escénicas que tiene como finalidad fundamental la creación y difusión de un repertorio teatral estable, dinámico y plural.
Entre sus reconocimientos se encuentran el Premio a la Mejor Mise en Scene por Novedad de la patria, en Canadá; Premio César a la Mejor Dirección por Live is a dream, en Estados Unidos; Premio Ollantay por nuevos aportes, en Venezuela, y los premios Juan Ruiz de Alarcón, Salvador Novo y Gran Premio de Honor.