Más de 200 mil personas participaron en NY en la Marcha de las Mujeres

Al menos 200 mil personas participaron en Nueva York en la Marcha de las Mujeres a fin de denunciar la amenaza que supone el presidente Donald Trump para los derechos de la mujer y para las minorías en Estados Unidos.

Las mujeres que se manifestaron en Nueva York, acompañadas por hombres y por familias, hicieron eco de la marcha que reunió a medio millón de personas en Washington DC y a los millones de individuos en Estados Unidos y en todo el mundo que salieron a la calle a protestar contra Trump.

Estas marchas constituyen probablemente la mayor congregación que en la historia de Estados Unidos haya salido a las calles a protestar contra un presidente tras su toma de posesión y, en general, una de las mayores demostraciones cívicas en este país.

Las autoridades habían calculado que la marcha de Nueva York tendría una participación de más de 100 mil personas, pero fuentes de la policía afirmaron a Notimex que la asistencia había superado por mucho esas estimaciones.

Los organizadores calcularon una asistencia de por lo menos de 200 mil personas en Nueva York. Igualmente, en Washington DC, una marcha en la que se esperaban 200 mil personas superó con creces esos cálculos iniciales.

La marcha de Nueva York inició en la plaza situada frente al edificio de Naciones Unidas (ONU), desde donde los manifestantes marcharon varias docenas de cuadras hasta llegar frente a la Torre Trump, en la Quinta avenida.

Tres horas después de haber iniciado, cientos de mujeres seguían uniéndose al contingente, que ya se había desbordado y que marchaba no sólo sobre la Quinta Avenida sino sobre la aledaña Avenida Madison, lo que prácticamente clausuró la circulación de la parte media de Manhattan.

Las pancartas reflejaban una ingeniosa combinación de rechazo, orgullo y esperanza. Sobresalían frases como «Rechaza a Trump», «El futuro es femenino», «Los derechos humanos son derechos de las mujeres», «Los inmigrantes hacen grande a Estados Unidos» y «Nuestra lucha apenas comienza».

Asimismo, en un ambiente festivo durante un día de invierno extrañamente cálido para Nueva York, las participantes coreaban: «Donald Trump se tiene que ir», «Mi cuerpo, mis derechos», «El amor vence al odio», «Donald Trump, lárgate: racista, sexista, anti-gay».

Para Olga Ayala, estadunidense de padres de Puerto Rico, era importante participar este sábado para demostrar que las mujeres organizadas no van a permitir que el gobierno de Trump reduzca la serie de derechos duramente ganados tras las luchas civiles en este país.

«Trump quiere quitar los derechos de las mujeres y no vamos a dejar que lo haga», señaló Ayala. Añadió más tarde sobre la presidencia de Trump: «esto no es normal, no es normal».

El magnate republicano fue criticado desde el comienzo de su campaña por los numerosos comentarios ofensivos que había expresado sobre las mujeres, que incluían referencias constantes a su físico, así como por su costumbre de calificar a las jóvenes con un número de acuerdo con sus atributos físicos.

Las críticas arreciaron luego de la difusión de un audio en el que Trump alardeaba sobre su costumbre de tocar los genitales de las mujeres que le atraen, lo que no sólo constituyen comentarios vulgares sino la aceptación de una conducta criminal.

Más allá de sus declaraciones, el Congreso -de mayoría republicana- planea quitar recursos del gobierno a las clínicas de salud reproductiva para la población femenina, conocidas como Planned Parenthood (paternidad planeada), además de que Trump propuso «castigar» a las mujeres que abortaran.

En declaraciones a Notimex, María Baquero, estadunidense de padres ecuatorianos, opinó que ahora más que nunca debe fomentarse la educación entre los jóvenes a fin de que puedan tomar decisiones informadas sobre sus políticos y sobre las corporaciones que apoyan a estos funcionarios.

«Es importantísimo estar hoy aquí para hablar por la gente que no puede hablar, porque hay cantidad de gente indocumentada, latinos y de otros países, tanto mujeres como hombres, que no hablan por temor a represalias», consideró Baquero.

inf./Notimex