Me equivoqué

Como buen joven imberbe y sin experiencia que soy, puedo jactarme que he cometido mi primer gran error como periodista (si es que el hecho de escribir columnas para hacer catarsis emocionales me otorga ese adjetivo).

En mi última columna cuyo título fue “Aquí nos tocó vivir. Y ya nos chingamos” tomé como base el libro del Dr. Felipe Curcó Cobos titulado “La guerra perdida”, libro que amablemente él me obsequio y del que tenía contemplado escribir una reseña en este espacio, para así poner mi grano de arena en su lucha por abrirle los ojos a la ciudadanía de la situación actual de nuestro país y de la brutal manera en la que estamos siendo engañados por nuestro Estado fantasma.

Sin embargo mi inmadurez y falta de rigor periodístico me llevó a escribir una columna basada en su libro, con datos y reflexiones suyas sin citarlo en ningún momento.

Es por esta razón que le pido una sincera disculpa al Dr. Curcó. Cometí un grave error, pequé de vanidad, insensatez y prepotencia; además de actuar cual chamaco de secundaria que entrega un trabajo diciendo que es suyo cuando la verdad es que echó el wikipediazo.

Del mismo modo agradezco infinitamente su caballerosidad y consejo para hacerme ver mi error de la mejor manera (en otras palabras: gracias por tenerle paciencia a este mocoso que se da baños de columnista). Es por personas como usted que uno puede recobrar esperanza en lo bueno que tiene este país y darse cuenta que aunque los datos señalan contundentemente que nos estamos cayendo a pedazos, México saldrá adelante mientras estemos dispuestos a dejar a un lado nuestra podredumbre y corrupción generalizada. Gracias por recordarme que la misión de educar es más sublime que la de gobernar al mundo.

Y siguiendo a Lope de Vega que pregonó alguna vez “Mas si del tiempo que perdí me ofendo, tal prisa me dará, que una hora amando venza los años que pasé fingiendo.” Así no quiero perder la oportunidad de recomendar “La guerra perdida”, libro que contiene dos ensayos que nos demuestran con datos duros (la gran mayoría de ellos al alcance de todos), que nuestra cruda realidad no es más que la incapacidad e hipocresía de una clase política y empresarial que simplemente están a toda madre viéndonos la cara de peleles. Un libro que te deja cimbrado porque no puedes creer tanto descaro, pero que además propone medidas claras y contundentes para revertir nuestra situación.

El Dr. Curcó nos invita a saber la verdad sobre esta guerra no para deprimirnos, sino para sacarnos de la caverna en la que estamos inmersos y así tomar acción en pos del país que aún podemos salvar antes de que nos lleve la chi…

Por esto y más, muchas gracias Dr.