Mexicanos viajan a Roma para agradecer a Juan Pablo II

ROMA.- Están agotados, sudorosos y hambrientos, pero felices. Acaban de asistir a la beatificación de Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

Aunque hicieron un viaje muy largo, esperaron largas horas de pie haciendo fila y en algunos momentos incluso temieron ser aplastados por la muchedumbre, aseguran que la experiencia valió la pena.

Provienen de Guadalajara, Monterrey, Veracruz, DF y Michoacán. Son hombres, mujeres, algunas ancianas y hasta niños.

Se llaman Carlos, Ernestina, Jaqueline, Agustín, Macario, Andrea, Rafaeli y Angélica. Jaqueline García es la más pequeña; tiene tan sólo 13 años y enormes ojos negros.

Es su primera vez en Europa. Vive en Córdoba, donde estudia la secundaria y viajó con su abuela Antonia del Río.

Dice que no le pidió nada a Juan Pablo II, que sólo vino a darle las gracias porque le pidió que su padre se curara de cáncer y así fue. «Le daban 15% de posibilidades de salvarlo. Yo le recé mucho a Juan Pablo II y mi padre se curó, así que para mí es un milagro «, relata Jaqueline a EL UNIVERSAL.

Su abuela Antonia del Río sí le pidió algo a Juan Pablo: salud para ella y para toda su familia. Cuando lo cuenta no puede evitar las lágrimas. Reconoce que está muy emocionada y que nunca en su vida ha vivido nada semejante. También relata que está muy enferma. «Le pedí que bendiga mi cuerpo y mis órganos», explica entre lágrimas, «y que le dé mucha salud a mis hijos, a mis yernos y a mis nietos y nietas, a quienes quiero muchísimo». Antonia y Jaqueline han viajado con las hermanas Ana y Alejandra Oseguera, de Zamora, Michoacán, y con el matrimonio formado por Carlos y Ernestina Rodríguez, también de Zamora.

En total son 18 personas. Después de visitar Roma todos seguirán un periplo por Europa que los llevará a España, Francia, Alemania y Suiza. Ernestina cuenta que el viaje ha sido un regalo de sus hijos, «mis cinco tesoros «, apunta su marido, por sus 50 años de casados.

Aunque admite que el aniversario se cumple dentro de tres años, dice que como no sabe cómo va a estar de salud, ha preferido no esperar. «Tengo problemas en las rodillas y no sé si podré caminar», dice Carlos Rodríguez.
Para el matrimonio también es la primera vez que visitan Roma, «una ciudad maravillosa «.

Dicen que haber asistido a la beatificación ha sido un privilegio, que la ceremonia ha sido muy emocionante y que cuando han desvelado la foto de Juan Pablo II se les saltaron las lágrimas. Maribel López, de 25 años, viene del DF con sus padres Elena Méndez e Ignacio López Novas. Todavía agotada, dice que fue una experiencia «muy padre».»Hicimos un esfuerzo económico muy grande y también físico. He pasado frío, calor, hambre, y aunque llegamos a las 6 de la mañana a la plaza y ya no nos dejaron entrar, estamos muy contentos de haber estado allí».

María Elena Maldonado viene de Veracruz con su esposo Eduardo Martínez y con su amiga Clemencia Montero, de 73 años. Ella destaca el hecho de que, aunque vio la ceremonia rodeada de polacos, «daba la sensación de hablábamos un mismo idioma, un mismo lenguaje», afirma.

Clemencia, que pertenece a la parroquia de la Inmaculada Concepción y San Judas Tadeo de Veracruz, pidió por sus ocho hijos, «para que se conviertan y se lleven bien entre ellos, porque están peleados y no se hablan», dice. «Y también para que llegue la paz a Veracruz y a todo México».

Agencia El Universal