CIUDAD DE MÉXICO.- La economía mexicana está bajo fuego: no ha caído en recesión pero no crece, Estados Unidos sube tasas y presionarán a las mexicanas, la Comisión Económica para América Latina (Cepal) baja el pronóstico…
En ese ambiente y celebraciones de Andrés Manuel López Obrador porque fracasaron los recesionistas, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, habló de una mala noticia: hay desaceleración.
El 0.1 por ciento logrado en el segundo trimestre del año está muy lejos del cuatro por ciento prometido en campaña por el gobierno actual y ni siquiera augura la media del neoliberalismo de dos por ciento al año.
El criticado gobierno de Enrique Peña Nieto tuvo momentos difíciles como enero de 2014, cuando López Obrador tuiteó el 26 de marzo de ese año: «En enero la economía creció 0.8%, es decir, nada. EPN y Videgaray no saben como (sic por cómo) hacerlo. Perdón, pero con nosotros sería distinto y mejor».
PRESIÓN SOBRE EL DINERO
Hoy la Reserva Federal de Estados Unidos redujo las tasas de interés en un cuarto de punto para dejarla en el rango de 2.0 a 2.25 por ciento y satisfacer las previsiones del mercado internacional.
Esto forzará a México a reducir su tasa de interés para no tenerlo tan claro, con el riesgo de que los capitalistas saquen su dinero hacia lugares donde les ofrezcan mayores rendimientos.
Simultáneamente, la Cepal de la mexicana Alicia Bárcenas bajo sus previsiones para México de 1.7 a uno por ciento, para lo cual se necesita un producto interno bruto (PUB) más vigoroso en la última parte del año.
En otra opinión, JP Morgan dio por válidos los reportes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) del crecimiento de 0.1 por ciento y dijo que el país evitó caer en recesión, pero mantiene una economía débil.
Otro elemento adverso es el difundido ayer por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que reportó subejercicios en la primera mitad del año cercanos a los 170 mil millones de pesos.
López Obrador desacreditó ese dato en su conferencia de prensa y dijo que es «cuestión de enfoques» porque él tiene «otras cifras» y simplemente lo no gastado es ahorro.