Las imágenes de una avioneta estrellada contra el suelo que con orgullo subió un jefe de la Aviación Militar Bolivariana a la red social Twitter han puesto en alerta al Gobierno mexicano. La Secretaría de Relaciones Exteriores ha pedido explicaciones al Ejecutivo venezolano a través de una nota diplomática al descubrirse que la aeronave derribada tiene matrícula mexicana -según nota de El PAÍS-.
El comunicado es tajante y exige “prontitud” en las investigaciones. “Se solicita el esclarecimiento de los hechos en estricto apego al derecho internacional. La SRE se mantendrá atenta a la respuesta que se otorgue a esta solicitud y ha entrado en contacto con autoridades venezolanas, a fin de obtener información con la prontitud que el caso amerita y deslindar las responsabilidades a las que haya lugar”, dice la nota.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, se ha hecho eco de la información, pero no ha dado explicaciones sobre la operación. En un acto del Gobierno retransmitido de forma obligatoria por radio y televisión ha dicho que con esta son ya 30 las avionetas derribadas por las Fuerzas Armadas por su supuesta vinculación con las redes del narcotráfico, informa Efe. “Vamos a combatir con todo, que lo sepan quienes lo saben y quienes no lo sabían que lo vayan sabiendo”, advirtió.
La aeronave mexicana fue abatida en el Estado de Apure, fronterizo con Colombia, al oeste del país. El jefe del Comando Estratégico Operacional Vladimir Padrino López informó de la operación a través de su perfil en la red social Twitter. “Dia 4Nov 22:36 hrs Cmdo Defensa Aeroespacial @ceofanb detecto e intercepto aeronave Hawker 25 matrícula XBMGM [sic]”. Sobre la tripulación de la nave no hay información.
A principios del pasado 3 de octubre, el propio Maduro anunció que comenzarían a derribar aquellos aviones sospechosos de pertenecer al narcotráfico y que no atendieran las instrucciones de las autoridades venezolanas, en virtud de una ley aprobada por la Asamblea Nacional en 2012. “Que sepa el narcotráfico internacional que cualquier nave que entre en Venezuela va a ser conminada a aterrizar en paz, y si no, va a ser derribada por la aviación militar venezolana”, dijo entonces. Un mes después, el presidente dice que son ya 30 las avionetas caídas en territorio venezolano.
El avión era propiedad de Jorge Salazar Ochoa, residente en Colima, al este del país, según el certificado de aeronavegabilidad de la Dirección General de Aeronáutica Civil al que ha tenido acceso el diario mexicano Reforma. La base de la avioneta, fabricada en 1969, estaba en la ciudad de Monterrey, al norte.