La cineasta mexicana María Novaro aseguró que una línea constante de su cine propone explorar la mirada femenina del mundo, »hacer un diálogo con la parte masculina que está en otro cine; es hacer un balance».
Al participar en la conferencia magistral sobre su trabajo cinematográfico dentro del ciclo El cine como pretexto en Casa de América en Madrid, afirmó que la suya es una cinematografía »muy personal, con cosas cotidianas, de la vida local y nacional».
La institución cultural dedica esta semana a Novaro y exhibirá sus películas Danzón (México-España, 1991), Lola (México-España, 1989) , El Jardín del Edén (México-Canadá-Francia, 1994), y Las buenas hierbas (México, 2010) .
La realizadora dijo que su trabajo inicialmente quería salirse de los estereotipos tradicionales de la mujer en el cine mexicano: la prostituta, la mujer abnegada o personajes secundarios.
Por ello la constante son mujeres, madres y mexicanas, con historias de la vida actual a la vez que de la sociedad y la cultura del país.
Expuso que la única relación cercana con su vida es la exponer la maternidad como un reto de la mujer mexicana, porque ella cuidó en forma similar a sus tres hijos a la vez que realizaba su trabajo.
»Mucha gente no lo sabe fuera, pero México es un país de muchas mujeres solas madres de familia, y ese es un aspecto que quería reflejar», comentó.
De aspectos culturales, destacó hay una línea de búsqueda en las películas El jardín del Edén y Sin dejar huella, que va desde la cultura chicana en el sur de Estados Unidos, la cultura de la frontera norte de México y el contraste con el sur del país.
»Allí también está el país, lo que hay allí me encantó. Me encanta mi país y mi gente. México es un país que no ha sido contado totalmente», dijo sobre las vivencias que tuvo y lo que logró plasmar en ‘El jardín del Edén’ de la cultura norte y la chicana.
»Hay mucha historia, mucha cultura sobre las que hay que hablar, y eso es lo que me da ganas de hacer más cine, incluso ante la situación de hoy del país», dijo.
»Cuando quiero historias salgo a la calle, y muchas cosas que salen así no me las inventé, son cosas que pasan en el país, el que pareciera surrealista o loco, pero loco encantador, diverso, rico», manifestó.
Precisó que también en su cine ha querido reflejar la cultura indígena, que aborda en Las malas hierbas, que recupera muchos conocimientos de la tradición herbolaria azteca y lo reúne con la voz de María Sabina.
Agencia El Universal