La gente emplea su dispositivo móvil para tomar fotografías, hablar y enviar mensajes de texto, pero el 60% lo utiliza para leer algún libro, revista o periódico. A este gran público es al que se puede llegar con contenidos de calidad y, sobre todo, en su propia lengua, comentaron los integrantes de la empresa Manuvo, especializada en la aplicación de la tecnología en la divulgación cultural, durante la realización de un taller sobre publicaciones digitales en el Museo Regional Michoacano.
Organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de la Red Temática de Tecnologías Digitales para la Difusión del Patrimonio Cultural, el taller fue atendido por profesionales del diseño, programadores y estudiantes interesados en el desarrollo de contenidos digitales y de softwares.
Ante un público de diversas edades, en su mayoría jóvenes que cursan las carreras de historia del arte, medios interactivos, turismo cultural y comunicación en la Universidad de Morelia, Manuvo —empresa que se encargó de la edición digital del Códice Mendoza— abordó las actuales tendencias en publicaciones digitales, considerando aspectos como el mercado de contenido digital, los principales dispositivos y el impacto en la divulgación de la ciencia y la cultura a través de estas herramientas.
La penetración de este sector, tanto en México como en el resto de Latinoamérica, está creciendo a gran velocidad, por lo que es importante ofrecer contenidos de excelencia a un público que recurre cada vez más a algún dispositivo móvil, dijo Mauritz Montañez, fundador y director de Experiencia de Usuario de Manuvo, especialista en el diseño de interfaces para dispositivos móviles y producción de contenido digital.
Expresó que alrededor de 60 millones de personas en México tienen acceso a internet, y 50% de este universo accede por medio de una tableta o un teléfono inteligente.
Asimismo, en el país, hay seis millones de niños con acceso a internet, quienes representan un mercado potencial que continuará creciendo en los próximos años. Ante este panorama, es vital crear contenidos que sean de interés para el consumo de este sector.
Algo fundamental es ofrecer contenidos en la propia lengua, porque todavía hace cinco o seis años, la mayor parte, de corte científico o cultural, se programaba en inglés. “Nuestra idea es contribuir con proyectos e iniciativas que permitan cambiar esa realidad”.
Creadores de la edición digital del Códice Mendoza, a iniciativa del INAH, Manuvo nació hace seis años en la ciudad de Morelia, Michoacán, y ha trabajado con gente de diversos países, principalmente de Latinoamérica. Está formada por un grupo interdisciplinario de profesionales dedicados a la creación y difusión de experiencias interactivas, y trabajan con museos, editoriales y especialistas en temas culturales.
Mauritz Montañez señaló que las tecnologías tradicionales de edición, distribución y consumo están siendo reemplazadas por softwares, por lo que ahora se habla de edición, distribución y consumo en formato electrónico.
Indicó que como consumidores, hay gran variedad de dispositivos a nuestro alcance, entre ellos citó como los principales el lector de tinta electrónica, que muestra libros de texto (novelas, ensayos); la computadora, donde se pueden instalar aplicaciones y consultar la web; la tableta y el teléfono inteligente, ambos con pantalla multitáctil, que permiten acceder a archivos de texto, imágenes, audios y videos.
Mar Fuentes Lanning, directora de Arte en Manuvo, comentó que una prioridad es conocer qué dispositivos hay y qué permite uno y otro, para saber cómo desarrollar una narrativa digital.
Diseñadora gráfica, con maestría en Estudios de Museos, se refirió en particular al proyecto del Códice Mendoza trabajado en dos plataformas: web y tableta. “Es un códice que tiene alrededor de 70 folios con cientos de pictogramas en náhuatl y español antiguo. Dado que se encuentra en la Universidad de Oxford, era muy importante trabajar bajo un concepto de repatriación digital”.
Mencionó que entre las posibilidades que ofrece la versión digital están la de ver el manuscrito original en náhuatl y su transcripción al español antiguo, al español moderno y al inglés. Otra herramienta permite tener la medida exacta de los pictogramas, gracias a sus imágenes en alta resolución.
En una segunda etapa del taller, los participantes se organizaron en tres equipos para conocer algunos ejemplos de tecnologías digitales enmarcados en los siguientes rubros: poesía y literatura, museos y aplicaciones interactivas para niños.