En 2011, el entonces presidente de México, Felipe Calderón, autorizó la siembra de 30 mil hectáreas de soya genéticamente modificada en el sur del país, esto ha afectado a los apicultores de la Península de Yucatán que ahora tienen que realizar prueba.
En el documento denominado “Miel mexicana amenazada por la soya transgénica” se señala que en el proceso de polinización que realizan las abejas existe el riesgo de que se contamine con transgenes y en consecuencia, el producto final también.
Si esto sucede, los impactos económicos para el país serán graves, pues México es uno de los principales productores de miel y el tercer país exportador a nivel global.
En los últimos cuatro años, las exportaciones se mantuvieron en un promedio de 26 mil 606 toneladas (entre el 40 y 50 por ciento del total), con destinos principales a Alemania, Inglaterra y Estados Unidos. La media de ingresos anuales que genera la apicultura es de 32.4 millones de dólares, lo que confirma que es una importante fuente de divisas.
Greenpeace realizó una investigación acerca de los impactos de los cultivos transgénicos de soya a la miel mexicana y las 40 mil familias que dependen de su producción.
