El presidente pone a negociación su iniciativa del mando único
• Habla con Jesús Zambrano y plantea consenso en el Legislativo
• Miguel Barbosa y Agustín Basave se ven, cruzan y ni se saludan
Enrique Peña Nieto no está empecinado con el llamado mando único.
No como él lo concibe.
Los estados, con el impulso del mexiquense Eruviel Avila Villegas, han decidido institucionalmente dar su apoyo a este paso trascendental para combatir de manera organizada a la gran delincuencia.
Debiera ser suficiente, pues antes consiguió el respaldo de la suma de esa alianza parlamentaria formada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM), Nueva Alianza (Panal) y Encuentro Social (PES).
Ellos y algunos diputados y senadores de otros partidos, convencidos de la porosidad de las fuerzas policiales de los municipios y de las entidades donde han sentado reales el narcotráfico, el secuestro, la venta de protección y el derecho de piso.
Pero no basta.
En el sexenio pasado el presidente Felipe Calderón intentó vanamente dar golpes eficaces al crimen, pero no contó siquiera con el respaldo de su partido, Acción Nacional (PAN), por las miserias políticas de sus dirigentes.
Y ahora, ido Calderón, Ricardo Anaya ha caído en la misma racanería de Gustavo Madero y no cederá.
Como tampoco cederá Agustín Basave, el devaluado presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) llamado de urgencia por Los Chuchos cuando esa fuerza política se les hundía en el descrédito.
EL DIALOGO ENRIQUE PEÑA-JESUS ZAMBRANO
De cualquier manera, hay salidas.
He aquí un dato:
En uno de los muchos encuentros protocolarios, de diálogos breves pero acaso muy sinceros, el presidente Enrique Peña Nieto ha ofrecido toda su colaboración a Jesús Zambrano para fortalecer el parlamentarismo mexicano.
Y uno de esos temas ha sido el mando único.
-Me dijo que está convencido de su propuesta de coordinar esfuerzos bajo un solo mando para atacar eficazmente al crimen organizado y resolver la inseguridad en amplios sectores del país.
Pero también le dijo:
-La iniciativa está a negociación. Lo importante es coincidir en objetivos.
La Cámara de Diputados, prometió su presidente Zambrano Grijalva, se ofrece para negociar entre las distintas fuerzas políticas, escuchar a especialistas, consultar a juristas, fortalecer opiniones de académicos y otros sectores interesados.
Precisamente con ese espíritu Zambrano propuso ceñir el llamado mando único a condiciones de extrema gravedad:
-No es el planteamiento del presidente de la Cámara de Diputados. No es un punto de vista inflexible. Es una reflexión para el análisis, para enriquecer el debate y para avanzar en un tema crucial para el país –me dice Zambrano.
-Pero recibiste muchas críticas, Jesús…
-Y seguirán. Está seguro de una cosa: ya comenzamos las consultas en la Secretaría de Gobernación (Segob) y el ánimo del titular Miguel Angel Osorio Chong es el miso del presidente.
En lugar de fustigar acercamientos o planteamientos, recomienda, es mejor aportar ideas y sumar voluntades.
NI SALUDO MIGUEL BARBOSA-AGUSTIN BASAVE
Si usted quiere darse una idea de cómo andan las relaciones en el PRD, le presento esta imagen:
El viernes desayunaron en El Cardenal de Avenida Juárez el presidente Agustín Basave y el coordinador en la bancada del Senado de la República, Miguel Barbosa.
Estuvieron más de una hora, cada uno con sus comensales, cada uno con su tema.
Ni siquiera voltearon a verse.
Y cuando se fueron, lo hicieron sin saludarse.
¿Quiere usted una explicción adicional?
El jueves, un día antes, Basave sucumbió al encanto del gobernador Gabino Cué y le entregó en bandeja la designación de José Antonio Estefan Garfias, a quien Diódoro Carrasco –jefe político del gobernador actual- había prometido heredarle Oaxaca.
En la debilidad de Basave el PRD lleva la penitencia: el senador Benjamín Robles ha abandonado ese partido y se apresta a ser candidato de Movimiento Ciudadano (MC), a cuyo amparo curiosamente Cué alcanzó la alcaldía oaxaqueña para desde ahí proyectarse al mando estatal.