Montevideo, ciudad bañada por los tersos oleajes del Río de la Plata- el curso fluvial mas ancho del mundo – el que al confundirse con el Atlántico se convierte en el mar de los Uruguayos, es considerada -por la Human Resource Consulting- como la Ciudad con mejor calidad de vida en America Latina, sede de la Aladi y del Mercosur su ubicación portuaria es estratégica para el comercio Internacional.
Quien la visita no debe dejar de ir al encuentro del alba o de una puesta del sol en alguna de sus Ramblas-malecones-caminarlas o recorrerlas en bicicleta es una experiencia de gran vitalidad, desde la Roosevelt, la Wilson, Gandhi, Perú hasta Pocitos la mas emblemática, en la que podrán practicar Surf, Kayak, Canotaje, Remo, Windsurf, nadar, jugar una «cascarita» y hasta correr un maratón, para luego comer o cenar en algún lugar de la zona, la mas moderna de esta capital.
En contraste con los aires cosmopolitas de sus playas y sus entornos, su Centro Histórico -cuya fundación se remonta a 1724-26- «Ciudad Vieja» le llaman, concentra desde siempre una gran «movida» -actividad-intelectual, Horacio de Quiroga, Isidore Ducasse, Enrique Rodo, Carlos Vaz, Delmira Agustini, Juan Carlos Onetti, Eduardo Galeano, Ferracedo Butazzoni, Rafael Courtoisie, son -entre otros-testimonio y razón de porque -a Montevideo-se le conoce como «la Atenas de Plata».
En sus calles arboladas que en otoño adquieren matices bucólicos y nostálgicos se asientan edificios históricos, coloniales, de inconfundible sello Barroco y Clásico, cada uno obras de arte, librerías que albergan escritos centenarios y sus cafés…en los que alguna vez-en uno de ellos-conversamos con el ya eterno del romanticismo Mario Benedetti, el mismo al que evocamos en nuestras largas soledades cuando los recuerdos nos asaltan…»Compañera usted sabe que puede contar conmigo/ no hasta dos o hasta diez sino contar conmigo/ si alguna vez advierte que la miro a los ojos/ y una veta de amor reconoce en los míos /no alerte sus fusiles ni piense que deliro/ a pesar de la veta o tal vez porque existe/ usted puede contar conmigo».
La Plaza Zabala, la Basílica Metropolitana -construida a partir de 1804-, la Plaza Constitución rodeada de las edificaciones mas antiguas, el Teatro Solís, el andar por la avenida Sarandi, con sus galerías, artesanías -una mascara tallada en madera será un buen souvenir- talleres, espectáculos hasta llegar al «Portezuelo»- frente a la plaza Independencia- que marca la división entre los mundos -del presente y del pasado-que se toman de la mano en Montevideo, serán escenas que quedaran grabadas en tu imaginario.
Por si algo faltara, al culminar la «Ciudad Vieja» desde lejos empezaras a percibir los aires gastronómicos del paradigmático «Mercado del Puerto», inaugurado el diez de octubre de 1868, cuyos grandes pórticos y estructura fueron hechos en talleres de Liverpool, al entrar, de súbito encontraras exhibidos -como si se tratara de un aparador del mejor diseñador- todo tipo de cortes, anchuras, asado, matambres, chotos, pamplonas rellenas, parrilladas, que podrás degustar comodamente- parado o sentado- en un ambiente muy Charrua.
Ya por la noche acudir al «Milongon» o a cualquier otro lugar para disfrutar del Candombe-baile Afro-Uruguayo- folklore nativo, Milonga o de unos apasionados Tangos será la mejor forma de culminar el viaje, bebiendo Mate y en un suspiro o en una lagrima volar hasta algún confín lejano pensando que habrá alguien a quien decirle, evocando a Benedetti,,,»mi táctica es quedarme en tu recuerdo/no se como ni se con que pretexto/pero quedarme en vos/mi estrategia es en cambio mas profunda y mas simple/mi estrategia es que un día cualquiera/no se como ni se con que pretexto/por fin me necesites.
Pero esa, la tuya la nuestra…esa, esa es otra Historia.