México, D.F.- Después del gran esfuerzo realizado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) y el Zoológico de Zacango, para brindar una calidad de vida digna a la tigresa de nombre “Tibetana”, el pasado 26 de junio del 2012 murió, debido a complicaciones relacionadas con problemas renales que presentaba de manera irreversible.
Como se recuerda, este ejemplar fue rescatado por la PROFEPA en el año 2011, junto con otros 8 felinos, ya que en Cancún, Quintana Roo, los mantenían en condiciones precarias, con falta de atención médica y alimenticia, además de que las instalaciones donde se encontraban confinados los animales eran inadecuadas.
Actualmente, la persona que los poseía enfrenta procesos ante la autoridad administrativa y judicial.
“Tibetana”, ejemplar de la especie de tigre de bengala (Panthera tigris), contaba con aproximadamente 10 años de edad al momento de su incautación y presentaba problemas de displasia bilateral severa de cuarto grado, con una fuerte reacción inflamatoria de la zona, la cual es discapacitante degenerativa.
Asimismo, tenía una fractura en la penúltima vértebra lumbar, hiperparatiroidismo nutricional secundario, con daño renal por deficiencia de calcio de tipo pre renal irreversible, creatinina elevada relacionada con problemas óseos por postración y una desnutrición muy marcada.
Ante la condición de “Tibetana”, se le aplicó tratamiento con una dieta especial y se le administraron vitaminas, analgésicos, desinflamatorios y antibióticos de forma indefinida.
Además, para corregir el problema de displasia y de fractura en la zona lumbar, personal especializado llevó a cabo la aplicación de un tratamiento alternativo, mediante la implantación de células madre a partir de grasa autógena, lo cual permitió una notable mejoría física, ya que el ejemplar se pudo sostener sobre sus cuatro miembros, dando pasos firmes en el recinto donde se encontraba albergada.
Cabe resaltar que el tratamiento alternativo fue el primero en el mundo que se aplicó a un ejemplar de tigre.
Mediante los tratamientos médicos aplicados a “Tibetana”, se logró su estabilización y mejorar su calidad de vida. Sin embargo, debido a que los problemas renales eran irreversibles, el ejemplar tuvo una recaída, presentando una disfunción orgánica múltiple, lo cual provocó un paro cardiorrespiratorio, que desafortunadamente le causó la muerte.