La artista Rachel McCollum lleva medio año trabajando en su serie “Urban Intervention: Shapes in Space”, para lo cual ha montado murales de fieltro en puertas o paredes. Ella cose a mano cada una de las piezas y luego las pega con cinta adhesiva a la pared. Así le da una ilusión tridimensional, inesperada y algo infantil pues parece que estuvieran cosidas a los ladrillos o al concreto.
En cuestión de uno o dos días, fue removido el mural que adornaba las escaleras que conducen de Sunset Boulevard a Glendale Boulevard, en Los Ángeles. “No me molesta que la gente los retire”, dice McCollum, “lo que les ocurra después de que los dejé al dominio público, ya no es asunto mío”.
Así se ve la escalera sin los colores de Rachel McCollum
La artista dice que no está en contra de utilizar materiales más durables, pero por el momento está enfocada en formas de arte público más efímeras: “al no alterar permanentemente un espacio, estoy dejando que alguien más lo utilice después”.