El Museo Barbier-Mueller de Arte Precolombino de Barcelona propone desde hoy en la exposición Camino del Inca un viaje por las culturas más significativas de la zona andina a través de uno de sus principales ejes vertebradores, el Qapac Ñan, una de las creaciones más sorprendentes del imperio inca.
El Camino del Inca constituía una red de sendas que cubría una extensa región que abarcaba desde el sur de la actual Colombia hasta el noroeste de Argentina y el centro de Chile, pasando por Ecuador, Perú y Bolivia.
La directora del museo, Anna Casas, ha explicado hoy en la presentación que la elección del Camino del Inca como hilo conductor de la exposición no es casual, pues el Qapaq Ñan ha sido acogido por el Comité Científico de la Unesco para evaluar su candidatura como Patrimonio de la Humanidad.
La candidatura tiene el valor de reunir el esfuerzo de los seis países andinos por rescatar este camino que durante tantos siglos los unió y, en ese contexto, el Museo Barbier-Mueller quiere rendir homenaje a esas naciones con una exposición de piezas rituales que acercan al visitante a costumbres, creencias, artes y estilos de sus antepasados.
El Qapaq Ñan se construyó a partir de caminos existentes que los incas ampliaron, pavimentaron y sembraron de albergues y centros administrativos.
En un tramo determinado, el camino se dividía en dos: una ruta se extendía a lo largo de la costa, y la otra por el interior, y se conectaban entre sí mediante caminos transversales y secundarios que llegaban a las localidades más pequeñas.
La exposición, que estará abierta al público desde el 10 de junio hasta septiembre de 2012, reúne un centenar de piezas, de las cuales 26 provienen de las colecciones del Musée Barbier-Mueller de Ginebra.
Entre las piezas exhibidas destacan una vasija con asa estribo de la cultura Chavín del Perú (900-400 aC) , una jarra con un personaje con máscara felina y una cabeza en su mano de la cultura La Aguada de Argentina, un poncho de la cultura Paracas de Perú, o un plato decorado y unos pendientes de oro de la cultura Chavín.
También resaltan un molde de cerámica de la cultura Chorrera de Ecuador, un cuchillo ceremonial de cobre de la cultura Chimú de Perú, un espectacular remo ceremonial de la cultura Ica-Chincha de Perú o una tableta de la cultura San Pedro de Chile en la que se colocaba el polvo de sustancias vegetales alucinógenas para esnifar.
La muestra pone el acento en dos momentos de la historia precolombina de los Andes: en la planta baja se pueden contemplar algunos de los objetos más representativos de la cultura inca, que, en palabras de Casas, «dan testimonio de la grandeza que alcanzó esta civilización» .
En la primera planta del museo se evoca el pasado de los Andes a través de las culturas preincaicas que se establecieron a lo largo del área andina, como Valdivia, Chorrera, Chimú, Mochica, Cupisnique, Chavín, Chancay, Huari, Tiwanaku, Paracas y Nasca.
La historiadora de la Universidad de Barcelona Meritxell Tous ha destacado que «algunas de las piezas podrían pasar perfectamente por obras de arte contemporáneo» , como unas figuras ornitomorfas de la cultura Valdivia de Ecuador (3200-1800 aC) o unas cabezas de maza de la cultura Chavín (900-400 aC) , que «sorprenden, puesto que sus artesanos no tenían herramientas de metal» .
Agencia El Universal