Música, antídoto contra las adicciones

México.- Aprender sobre el arrepentimiento, la comprensión de los errores, el sentido de la lealtad, solidaridad, generosidad, bondad, alegría, tolerancia, pero también sobre los migrantes, la xenofobia y la historia de México se hace con ritmo de son jarocho, acordes de mariachi, corridos o boleros entre los planteles del programa Escuela Segura, para prevenir y establecer acciones contra las adicciones y la violencia.

Con el lanzamiento de la segunda fase de ¡Ah, que la canción! Música mexicana en la escuela, la Secretaría de Educación Pública (SEP) propició que en primarias y secundarias se multipliquen por toda la República los grupos corales, desde 2010. En este momento se contabilizan casi 12 mil coros.

En el marco de los festejos del Bicentenario, los grupos corales fueron organizados, pero fue hasta 2011 cuando se realizó el primer encuentro de los niños cantores.

Se presentaron bajo el nombre de Coro 500 Voces del Bicentenario, en el Patio del Trabajo del edificio de la SEP; luego lo hicieron en el Palacio de Bellas Artes.

Ese mismo coro monumental interpretó México lindo y querido en la Cámara de Diputados y deleitaron con sus voces a los asistentes a la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, en el Centro Nacional de las Artes (Cenart).

Es una alternativa no sólo para hacer de los planteles educativos “espacios libres de violencia y de adicciones”, sino también para proveer a los estudiantes de educación musical y propiciar el aprendizaje y el conocimiento de la música popular mexicana.

Bésame mucho, de Consuelito Velázquez, provocará que los niños intercambien en clase sobre el significado del beso en la vida cotidiana y sus diferentes significados en culturas, como la francesa y la rusa, donde ese acto sustituye al apretón de manos; Adiós mi chaparrita, de Tata Nacho, reproduce la inseguridad de los caminos apenas terminada la Revolución Mexicana, detalla el texto ¡Ah que la canción!.

Con El Andariego, los alumnos aprenderán que “en la ciencia, como en la vida cotidiana, comprender el error hace posible corregirlo y luego hacer las cosas de mejor manera.

La Adelita permitirá entender la lealtad como un valor asociado al amor, además de dar un repaso sobre el papel que jugaron las mujeres en el contexto de la Revolución Mexicana.

La esperanza transmitida en Solamente una vez, de Agustín Lara, al igual que el repertorio de las 35 canciones del libro que se distribuye para realizar esta alternativa en el programa Escuela Segura, es una estrategia que contribuye a la “integración comunitaria y al desarrollo de las habilidades sociales” de los estudiantes.

“También fortalece el sentimiento de pertenencia de los alumnos a su escuela, al tiempo que estimula el gusto por las actividades artísticas y culturales”.

Conjugan gozo y disciplina

En la presentación del programa, la Secretaría de Educación Pública considera que “el canto actúa como un poderoso medio de autoafirmación y autorrealización”.

Cantar desarrolla hábitos de respeto y de responsabilidad, el entendimiento de que se necesita a los otros y el trabajo colaborativo. “Si bien es cierto que hay un aspecto lúdico y de gozo al cantar, también es cierto que el coro no está exento de esfuerzo, disciplina y dedicación”, afirma la SEP.

Paciencia, empeño y tolerancia son otras de las características que aprenden los niños al cantar.

Agencia El Universal