BERLÍN.— A veces usa alta costura con bolas de cristal y guirnaldas plateadas; a veces tiene un look más alternativo, con estrellitas de paja y manzanas. No sólo la forma de “vestir” el arbolito de Navidad divide cada año a los alemanes, sino que en el país europeo también se plantean cuestiones como la ecología en relación al arbolito navideño: pesticidas venenosos usados en el cultivo, un mayor consumo de electricidad por las velitas eléctricas y adornos navideños difícilmente reciclables.
Julian Heiermann, de la asociación protectora del medio ambiente alemana NABU, afirma que antes los arbolitos de Navidad, los jardines delanteros de las casas y los centros comerciales brillaban en tiempos prenavideños con demasiada intensidad. “Si se va a usar tanta electricidad, entonces mejor que sea ecológico y emplear lamparitas que ahorren energía”. Para reducir los costos, los comerciantes del barrio de Friemersheim en la ciudad de Duisburgo, por ejemplo, compraron lámparas LED por siete mil euros. Otras ciudades siguen su ejemplo. Sin embargo, muchos comerciantes siguen prefiriendo las bombillas de luz. “Incluso en el caso de algunos árboles nos comprometimos a no usar guirnaldas de luces LED”, dice Fred Richter, jefe de una empresa de publicidad en el estado de Sajonia. “Los clientes prefieren las luces cálidas”.
Con 162 mil 500 metros de guirnaldas de luces también son iluminados los 650 árboles en la avenida Kurfürstendamm en Berlín. “En algunos proyectos la estética es lo más importante. Para eso, claramente, necesitamos electricidad”, dijo Andreas Boehlke, gerente de la empresa de instalaciones eléctricas Hans Boehlke.
Según la Agencia de Energía Alemana, dos guirnaldas de luces de 10 metros con bombillas utilizan en seis semanas electricidad por el valor de 30 euros. Con las lámparas LED, que ahorran energía, se puede ahorra cerca del 80% de los costos. Los defensores del medio ambiente también ven con malos ojos los cultivos masivos de arbolitos de Navidad. Según la organización de defensa del medio ambiente Robin Hood, los centros de producción son la región montañosa de Sauerland y Baviera, en Alemania, o países como Dinamarca y República Checa. “Para que las agujas de los árboles brillen, los cultivadores usan fertilizantes que dañan el medio ambiente”, explica el experto Rudolf Fenner. Los cultivadores usan pesticidas para alejar a los insectos. Además, se usan herbicidas para malezas para que los árboles crezcan altos y derechos.
“Eso es malo para el medio ambiente, ya que esas sustancias contaminan los suelos”, advierte el portavoz de NABU, Heiermann. “Durante el largo transporte de los árboles a través de varios países, se produce mucho dióxido de carbono dañino para el medio ambiente”, dice Frank Wasko, del Instituto de Investigación Medioambiental de Colonia. “La mejor elección es un árbol de cultivo ecológico”. En Alemania hay unos 50 puntos de venta de árboles certificados. Los ecologistas también piden un mayor cuidado ecológico en la elección de los adornos de Navidad.