Al mismo ritmo que las temperaturas bajan, aumenta nuestro el afán por sol y calorcito. Por eso, tras haber propuesto en esta sección varias espadas por Europa para contemplar las auroras boreales y el ambiente navideño de algunas ciudades europeas, proponemos ahora destinos en los que reina el calor o, al menos, las temperaturas agradables. Son viajes de unos cinco días a una semana, con o sin playa, pero todos ellos emocionantes.
Florida. Estados Unidos
Nadar con los delfines en los Cayos (Florida Keys), deambular por Miami Beach, contemplar sus magníficos edificios Art Deco, perderse por Coral Gable, el más español de los barrios de la ciudad, y bañarse en la playa de South Beach… viajar a Florida es una experiencia en toda regla y más en Navidad cuando allí las temperaturas son muy agradables, pero no calurosas. Es recomendable escaparse hasta el parque de los Everglades para avistar cocodrilos y vivir la experiencia de navegar sobre marismas.
Lanzarote. Canarias. España
Con una temperatura media anual de unos 22ºC, la más oriental de las islas del archipiélago canario se erige como un destino privilegiado para estas fechas. Declarada Reserva de la Biosfera en 1993, alberga uno de los paisajes volcánicos más espectaculares del mundo, bellísimas playas y una particular y deliciosa gastronomía. En Lanzarote es imprescindible visitar el Parque Nacional de Timanfaya, el centro cultural Fundación César Manrique, los Jameos del Agua, un prodigio natural situado al pie del volcán Monte de la Corona, y la Cueva de los Verdes, entro otros lugares.
Marrakech y el Atlas. Marruecos
Las montañas del Atlas se divisan desde la ciudad de Marrakech. Tras visitar la medina, sus fastuosos palacios y recalar en la pintoresca plaza Djmaa el Fna, Patrimonio de la Humanidad, se pueden realizar apasionantes excursiones como la del valle de Ourika, situado a poca distancia de la ciudad. Ouarzazate se halla a unos 200 kilómetros de Marrakech que se recorren a través de una sinuosa carretera que alcanza alturas de más de 2.000 metros. Al final del trayecto se extiende el desierto. Merece la pena antes de iniciar el periplo por el Sahara detenerse en Ouarzazate para tener un primer contacto con la cultura bereber, deambular por sus zocos y visitar los palacios y fortalezas de los alrededores.
Petra.Jordania
La «Ciudad Rosada», la antigua ciudad de los nabateos, es considerada como uno de los destinos más espectaculares del planeta. La entrada a esta maravilla pétrea a través del Siq –un desfiladero de 1,5 kilómetros de longitud que discurre entre paredes de 80 metros de altura– es un preludio de lo que depara su interior. El primer edificio que se encuentra, esculpido y horadado en la piedra, es el del Tesoro, célebre por su aparición en la película de Indiana Jones y la última cruzada. Los pasos se pierden por los secretos de este patrimonio excepcional hasta llegar a lo más alto de la ciudad, el Monasterio, con unas vistas impresionantes de la ciudad y del desierto del Wadi Rum, donde merece la pena hacer una escapada y pernoctar al menos una noche en una jaima totalmente acondicionada
Yucatán. México
La península mexicana bañada por las aguas del Caribe es un destino que aúna un poco de todo en dosis casi perfectas. A las bellas playas de arena blanca y agua cristalina, hay que añadir el excepcional patrimonio maya que se concreta en los yacimientos de Chichén Itzá, Tulum y Uxmal por citar los más importantes; ciudades coloniales como Mérida y Valladolid y un entorno selvático absolutamente virgen.