Atrás quedaron aquellos juegos y actividades que marcaron a diversas generaciones, como las canicas, escondidas, el trompo, yo-yo y balero. Ahora la diversión para los niños está en las nuevas tecnologías.
Tanto redes sociales, celular, consolas de videojuegos, reproductores de audio, cámaras fotográficas y de video, como tabletas, más recientemente, le dieron un giro de 360 grados al entretenimiento de los menores de edad llamados nativos digitales.
Un estudio realizado este año por el grupo AVG Internet Security, publicado por Business Wire, precisa que los niños aprenden a usar la tecnología antes que saber amarrarse las agujetas.
De acuerdo con los datos, 19 por ciento de ellos es capaz de utilizar aplicaciones sencillas del smartphone o teléfono inteligente, mientras que sólo el 9 por ciento sabe atarse las cintas de los zapatos.
Sobresale que 25 por ciento sabe cómo abrir y utilizar un navegador web sin la ayuda de un adulto.
Mientras que sólo 43 por ciento conoce la manera de andar en bicicleta, 58 por ciento sabe usar la computadora para jugar.
No hay grandes diferencias entre los pequeños en función de su sexo: las niñas y los niños han desarrollado sus capacidades tecnológicas prácticamente igual, de acuerdo con el escrutinio de la empresa de seguridad.
Las respuestas se obtuvieron por medio de un cuestionario aplicado a 2 mil 200 madres de 10 distintos países, sobre los hábitos de consumo y actividades cotidianas de sus hijos -con respecto a la tecnología-, los cuales están entre los 2 y 5 años de edad.
El impacto que tiene la «nueva ola de desarrollos» en los niños es importante. Y es que para los adultos lo digital es algo «exterior», que tuvieron que aprender; mientras que para los pequeños, es parte de su mundo.
DESTREZA TECNOLÓGICA
Fabiola Rojas, de 11 años, dice que el celular, iPod y «la compu» son parte de su vida, y así lo parece cuando manipula con habilidad cada uno de estos objetos.
Marisa Del Campo, psicóloga y profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dice que los gadgets no son malos o peligrosos; lo importante es supervisar cómo los utilizan.
«Ellos nacieron con la tecnología y es absurdo dejarlos fuera de ella, pero deben existir reglas. No hay que darles todo sin medida sólo porque los dispositivos están de moda o por entretenerlos», sentencia.
La experta menciona que durante los 90, la preocupación de los padres era cuánto tiempo los niños veían televisión; en 2011, el dolor de cabeza de los adultos es el tiempo que los menores navegan por la red, el cual ha ido en aumento en los últimos años.
Asegura que los infantes y jóvenes de 8 a 18 años pasan un promedio de 75 minutos jugando videojuegos, 90 utilizando la computadora, 90 viendo la televisión, 150 minutos usando el reproductor de música portátil y sólo 38 leyendo un libro.
La Comisión Europea advierte del incremento del número de niños que acceden a Facebook sin que estén conscientes de los «riesgos», al no darle importancia al factor «privacidad».
Neelie Kroes, comisaria europea de Agenda Digital, refiere que 6 de cada 10 niños y adolescentes cuentan con un perfil en alguna red social.
El riesgo de ser presa de delitos informáticos crece si no se toman medidas de seguridad, ya que 26 por ciento de esos perfiles son completamente «públicos», por lo que cualquier individuo puede ver sus datos personales y fotografías.
Los menores no solamente navegan en la red de redes utilizando computadoras personales: 1 de cada 3 se conecta a través de teléfonos celulares, y 1 de cada 4 mediante sus consolas de videojuegos.
«La solución es ayudar a los usuarios a utilizar la red debidamente, algo que es una responsabilidad de los padres, profesores y de los propios niños», apunta Kroes.
¡CUIDADO CON LO QUE PUBLICAN!
Alejandra Laguna y Marco Antonio Moreno tienen cosas en común. Ambos cursan el sexto año de primaria, tienen 11 años y han publicado más de la cuenta en sus perfiles de Facebook (en sus políticas, la red dice que sólo están permitidos los mayores de 13).
La niña publicó imágenes de ella misma con poca ropa y su número de celular, además de que reveló cada una de las actividades que realizaría durante el día. Poco a poco la comunidad virtual se volvió una adicción: pasaba las horas navegando en ésta a través de su BlackBerry y laptop.
De inmediato, comenzaron a acosarla con llamadas al celular pidiéndole dinero; fueron tres meses en los que vivió «una gran pesadilla» por escribir y postear información personal. No tuvo otra opción más que hablar con sus papás, quienes de inmediato buscaron ayuda.
Marco Antonio atravesó una situación similar, sólo que él subió fotos con su novia en diferente tipos de circunstancia, algunas de carácter íntimo. El problema se produjo cuando a un amigo del chico se le ocurrió mandarle el link de las imágenes a la mamá de la chica.
La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) señala que los padres deben aprender a navegar en Internet, hablar con sus hijos sobre la participación en redes sociales y situaciones como el acoso cibernético (cyberbullying) y el sexual (sexting).
El organismo, con sede en Chicago, publicó el informe clínico «El Impacto del uso de los medios sociales en niños, adolescentes y familias», en la edición de abril de su revista «Pediatrics», debido a la preocupación constante de los padres por la participación de sus hijos en los sitios sociales.
«Para algunos adolescentes y preadolescentes, páginas como Facebook y Twitter son la principal forma en que interactúan socialmente, en vez del centro comercial o la casa de un amigo», dijo en la publicación Gwenn O’Keeffe, coautor del artículo.
Agencia El Universal