La capilla de Belén, anexa al templo de Nuestra Señora de Guadalupe, fue el lugar elegido por la bella MARÍA ANDREA ZORRILLA MENÉNDEZ, para dar gracias al Señor por arribar a tan hermosa e inolvidable fecha en su vida, como fueron sus quince primaveras, donde estuvo acompañada de sus padres JOSÉ ZORRILLA DIEGO y ÁNGELES MENÉNDEZ DE ZORRILLA, de sus padrinos JAIME ZORRILLA DIEGO y ANYRA AGUILERA DE ZORRILLA, así como de sus abuelos JAIME ZORRILLA SANGUINÉS, SOCORRITO DIEGO DE ZORRILLA y PILAR CASO DE MENÉNDEZ.
Ese día el sacerdote oficiante le dijo: Que guarde en el cofre de sus recuerdos esa luz divina que fue su niñez para dar paso a su adolescencia, que con alas de ángel se elevan hacia un universo de felicidad.
Posteriormente MARÍA ANDREA tuvo su noche esperada, largamente soñada, en la que duendes juguetones desplegaron su magia de colores, para convertir la cancha de tenis del hotel Victoria en una discoteque, donde las guapas jovencitas y apuestos varones llegaron a dar mayor brillo al festejo en honor de la quinceañera.
Emotivo fue el momento en que bailó su primer vals con su padre, padrino, abuelo y tíos. Fue un baile lleno de magia, con luces blancas como su alma, que son el despertar de un largo camino por la vida.