Egipto.-El Museo Egipcio de El Cairo aspira a convertirse en el templo del siglo XXI de los grandes tesoros de la Antigüedad con su nueva sede, que se construye ahora junto a las Pirámides de Guiza y tiene previsto abrir en el año 2015.
Situado junto a la ladera del gran altiplano de Guiza, sobre el que descansan las pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos, el futuro Gran Museo Egipcio será un enorme complejo de 85.000 metros cuadrados que albergará 100 mil piezas, un almacén de antigüedades y un laboratorio de restauración.
El ministro de Estado para las Antigüedades, Zahi Hawas, presentó hoy ante la prensa, junto al equipo que dirige el museo, los planos detallados del complejo y aseguró que el objetivo es que el nuevo centro no tenga nada que envidiar a gigantes como el Louvre de París, el Museo Británico de Londres o el Metropolitan de Nueva York.
Por momento, solo están construidos unos laboratorios de restauración de antigüedades y unos almacenes, y se trabaja en las salas de exposición.
La nueva sede no tendrá nada que ver con la actual, situada en un antiguo edificio en pleno centro de la capital que data de 1902, y en cuyos pasillos polvorientos se almacenan decenas de sarcófagos y estatuillas sin identificar, o etiquetadas en idiomas dispares que van desde el árabe, al inglés, el italiano o el japonés.
Las primeras imágenes del proyecto que se han hecho públicas hoy muestran grandes salas de techos altos y galerías con mucha luz natural: «Están diseñadas de forma que el visitante sienta que está entrando en un yacimiento arqueológico» , explicó una de las responsables de la construcción del nuevo museo, Maria Ducianti.
Hawas confirmó que la estatua colosal de Ramsés II (1304-1237 a.C) , que hasta 2006 estuvo en la plaza del mismo nombre de El Cairo, y que ahora está siendo restaurada, presidirá el vestíbulo principal.
Además reveló que en las próximas semanas se estudiará el traslado de la gran barca solar de Keops, que en la actualidad se muestra en una instalación especial junto a las Pirámides, al interior del museo.
Los tesoros de la tumba de Tutankamón (1336-1327 a.C.) , descubiertos en 1922 por el arqueólogo británico Howard Carter, serán los protagonistas del nuevo centro y ocuparán un 30 por ciento de las galerías.
La máscara de oro del faraón presidirá una gran sala, de la misma forma que lo hacen la Mona Lisa en el Louvre de París o el busto de Nefertiti en el Pérgamo de Berlín, subrayó Ducianti, que agregó que «el visitante seguirá los pasos de Carter descubriendo la sepultura de Tutankamón a través de modelos en tamaño real» .
A las 100 mil piezas que tendrá el nuevo museo se sumarán antigüedades expuestas en centros de todo el mundo que Egipto espera recuperar poco a poco.
Así, Hawas anunció hoy un acuerdo con el Metropolitan de Nueva York para que regresen a Egipto diecinueve piezas, e insistió en su intención de recuperar iconos de la egiptología como el busto de Nefertiti, expuesta en el Pérgamo de Berlín, o la piedra de Rosetta, en el Museo Británico.
A pesar de los numerosos retrasos que ha sufrido la construcción de las nuevas instalaciones, que inicialmente habrían debido inaugurarse en 2009 y luego en 2012, Hawas se mostró convencido de que la apertura será en marzo de 2015 y justificó la demora por los esfuerzos para «hacer un museo digno a nivel mundial» .
A todo bombo y platillo, Hawas, que esta vez compareció sin el sombrero a lo Indiana Jones que lo caracteriza, explicó los detalles del proyecto ante una multitud de periodistas locales y extranjeros que soportaron el calor implacable que hoy hacía en El Cairo.
Acompañado del séquito de periodistas y de personal del museo, Hawas visitó los laboratorios de restauración de antigüedades que funcionan desde hace un año en la Explanada de las Pirámides y en los que 150 científicos y arqueólogos han restaurado ya 10 mil piezas.
Este complejo de seis laboratorios permitirá «catalogar y estudiar de forma científica las antigüedades que provienen de yacimientos arqueológicos y de otros museos» , indicó el director del departamento de Arqueología Científica del Museo, Mohamed Gamal, en el interior de uno de los laboratorios.
Ajenos al ajetreo de los fotógrafos, los periodistas y la comitiva de personalidades, los arqueólogos seguían dando pinceladas meticulosas a los jarrones, estatuas y sarcófagos milenarios que algún día descansarán en las vitrinas del futuro Gran Museo Egipcio.
Agencia El Universal