De acuerdo a la tradición, este 31 de octubre al mediodía, llegan las almas de las personas que murieron siendo niños, por lo cual se prepara una ofrenda especial para recibirlos en estas festividades.
En los altares colocados en viviendas y sitios públicos, aparte de las flores, pan, chocolate y mole, se colocan dulces para que los angelitos las disfruten en esta convivencia entre vivos y muertos.
Además, también en los panteones a las tumbas se llevan estos productos, así como algunos juguetes, para recordar a los seres queridos que se adelantaron en el viaje sin retorno.