La atención política de Estados Unidos -segun nota de BBC Mundo- está centrada en el primer debate entre los candidatos presidenciales, que tendrá lugar el miércoles en la ciudad de Denver. El presidente Barack Obama se enfrenta a su contrincante republicano, Mitt Romney.
En momentos en que algunas encuestas le otorgan a Obama ventaja en varios estados cruciales, muchos piensan que el debate televisado es una gran oportunidad de su rival para cambiar la tendencia que aparentemente se va formando en su contra.
Debatir es un arte antiguo, donde las partes opuestas ponen a prueba la solidez de sus ideas, su habilidad para exponerlas con elocuencia, convicción y pasión, y su destreza para defender y rebatir argumentos.
Pero en la época de los medios masivos, la sustancia y contenido de los debates no es todo, también importa cómo se proyecta el candidato y muchas veces es una imagen la que queda plasmada en la mente del electorado y que puede tener mucha influencia en el resultado electoral.
Los debates presidenciales son uno de los pocos eventos en el transcurso de una campaña en el que un candidato puede hablarle directamente al votante y, a su vez, en el que el votante puede mirar bien de cerca al candidato.
A medida que se acerca la fecha de las elecciones nacionales en Estados Unidos, estos enfrentamientos empiezan a cobrar más importancia y las campañas entran en una «modalidad de debate» donde se prepara al candidato en minucioso detalle y nada se deja al azar.